𝑼𝒏𝒊𝒒𝒖𝒆

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Ni-ki recuerda aquel momento de cuando era tan solo un niño, no sabe exactamente a que edad fue, pero si sabe que es uno de los recuerdos más nítidos que tiene.

Aquella película La Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero, fue una de sus favoritas desde siempre, seguido del libro cuando por fin aprendió a leer, siendo esos dos el comienzo de su obsesión por entrar en aquellos muebles utilizados normalmente para guardar ropa.

Al principio para todos parecía que era una jugarreta de niño.

Ni-ki escondido en el armario de sus padres o en de su abuela, en el de la casa de sus tíos y hasta una vez apareció en el de sus vecinos.

Y siempre repitiendo lo mismo «se que debe haber una entrada a Narnia, quizás este no es el correcto, pero debe haber uno hecho con árbol narniano por ahí».

Su mamá siempre le seguía el juego para no matar su imaginación infantil, pero claramente no siempre podía ser así.

Cuando Ni-ki estaba por empezar la adolescencia y su obsesión por entrar a los armarios buscando una puerta a Narnia, seguía fuertemente, fue el momento en que su madre supo que debía preocuparse.

Por lo que a los 13 años fue la primera vez que Ni-ki fue a un psicólogo.

Era un hombre simpático y con carisma, quien supo enseguida como tratar la rara obsesión de su paciente.

Pero la realidad fue que más que tratarla, solo pudo ocultarla.

A los 15 años Ni-ki ya no se acercaba a los armarios más que para buscar o dejar ropa. Aunque algo dentro suyo lo empujara a entrar y quedarse ahí por siempre, hasta que alguna mágica puerta de salida a Narnia apareciera por fin.

Y ahora, un Ni-ki de 16 años se encontraba junto a su mejor amigo, Jungwon, intentado pensar como hacer un trabajo de literatura inglesa sin morir en el intento.

—Te dije que no debías tomar este electivo, bobo. Ni siquiera eres bueno en el inglés regular y te vienes a literatura inglesa— bufó Jungwon mirándolo con algo de enojo mientras se tiraba en la cama y miraba al techo de la habitación del menor.

—Es que no me gustaba el electivo de álgebra y el de economía y sociedad sonaba taaaaaan aburiiiiiido— suspiró el chico con un ligero pucherito en sus labios, para luego arrastrarse desde su posición en el piso, hasta la orilla de la cama, para así mirar a su mejor amigo con una sonrisita inocente —Además, te tengo a ti, tú me puedes ayudar a aprender inglés.

—Créeme que eres un caso perdido en el inglés— murmuró Jungwon para acto seguido sentir un golpe en su trasero —Auch, bueno, bueno. De todas maneras, debo ayudarte con este trabajo, o si no yo igual sacaré la nota mínima— suspiró el mayor totalmente rendido.

Ni-ki rodó los ojos ante lo condescendiente que era su mejor amigo, para luego tomar su cuaderno de la clase electiva de literatura inglesa, buscando los apuntes sobre el trabajo que estaban intentado hacer aquel día.

—Uhm, hacer un cortometraje... Basado en algún clásico de la literatura inglesa... No debe durar más de 5 minutos y cada línea debe ser hablada en inglés exacto del libro... Uh... ¿Qué más dice?— leyó Ni-ki con sus ojos recorriendo cada parte de sus apuntes —Espera, ¿¡hay que hablarlo todo en inglés!?— chilló asustado lanzando su cuaderno lejos, tanto que llego hasta el otro extremo del cuarto, chocando con su armario.

—Ni-ki es la maldita clase de literatura inglesa, era algo obvio que debías hablar inglés, es lo que VENGO DICIÉNDOTE HACE DOS SEMANAS, CABEZA HUECA LLENA DE TELARAÑAS— gritó Jungwon exasperado mientras le lanzaba las almohadas que encontraba a su paso al pobre Ni-ki, quien las esquivaba mientras iba en busca de su cuaderno.

Narnia || WonkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora