19.El Juego*

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-¡Mar llegamos tarde!-Golpeé la puerta del baño gritándole a la rubia que estaba dentro de este

Mar abrió la puerta de golpe dejándome con la mano al aire, salió como una flecha hasta su cama, cogió su teléfono, su bolso y terminó de atarse las zapatillas sin levantar la vista de estas

-¿Estás bien?-Me acerqué a ella algo preocupada pero se levantó de golpe

-Sí, nos espera una cena-Me sonrió antes de básicamente correr hasta la puerta y salir por esta

Me quedé parada un segundo, ¿qué mosca le había picado? Por un momento pensé que podría haber hecho algo que la molestara, pero hoy apenas había estado con ella. Sería algo personal o simplemente estaría así por estar, no le di más vueltas y salí de la habitación cerrándola tras de mi
Bajé hasta el hall donde ya se encontraban algunos de los jugadores

-Señorita-Unai se acercó a mi tomando mi mano para después llevarla hasta sus labios y besarla-Está usted preciosa-Sonrió pícaramente aún sujetando mi mano

Se estaba riendo de mi, seguro que estaba rojísima de la vergüenza, todo el equipo nos miraba aguantándose la risa. Unai volvió a incorporarse y pasó su mano por detrás de mi descansándola en mi cadera mientras ambos andábamos hacia fuera del hotel donde nos esperaba el autobús del equipo.

-Eres idiota-Le susurré entre dientes consiguiendo una risa de su parte

-A ver si esta noche eres capaz de repetirlo-Se acercó un poco más a mi oído para susurrarme

Se me pusieron los pelos de punta tan solo de escuchar su voz tan cerca de mi. Mi cuerpo se tensó como reflejo y Unai lo notó, afianzó aún más su agarre en mi cadera y sonrió triunfal

Todos fuimos subiendo al bus, la verdad es que ninguno iba demasiado arreglado. Yo llevaba una falda negra acompañada con un top blanco con mangas. Mi cuello lo adornaba el collar que Unai me había regalado días antes, desde que él me lo colocó no me lo he vuelto a quitar.

Llegamos al restaurante y al bajar del autobús me quedé alucinada, era precioso. Supuse que a parte de bonito sería caro, muy caro; pero en fin, ¿Dónde esperas que te lleven un grupo de futbolistas que están forrados? Todos fuimos pasando mientras mi tío y alguno más del equipo técnico se encargaban de hablar con los camareros. Al cabo de diez minutos todos estábamos distribuidos en seis mesas. Para mi suerte me tocó entre Álvaro y Unai, en frente de mi tenía a Mar y además también estaban Pedri, Pau y Laporte.

La verdad es que tardaron bastante en traernos la comida pero la espera valió la pena, pedimos algunos platos típicos de allí ya que los chicos querían probar de todo. Al cabo de una hora todos estábamos llenísimos.

-¿Cómo se presenta el partido?-Mar habló ganándose la mirada de los cinco chicos de la mesa

-Complicado-Laporte contestó muy seguro

-Pero estamos en octavos, es normal-Pau intervino-Creo que podemos ganar-

-Y lo vais a hacer-Afirmé yo esta vez

Seguimos hablando un poco del partido y del tema de mi tío, los chicos también habían notado su actitud y estaban igual de preocupados que yo. Pedri estaba contando una pequeña anécdota junto a Álvaro cuando sentí una mano en mi muslo. Desvié la mirada ligeramente hasta mirar al vasco, este tenía su vista fija en Pedri, como si le estuviera haciendo caso.

No le di importancia y volví mi vista a Pedri pero no pude evitar apartarla de nuevo cuando sentí como la mano de Unai empezó a desplazarse un poco más al centro. Miré hacia abajo parando mi mirada en su mano que estaba a punto de rozarme. Él seguía sin mirarme, estaba jugando conmigo

I.RAMÉ (Unai Simón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora