Capítulo 15

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Narradora:

Tras dos días de arduo trabajo la Panadería y Pastelería Familia Dupain-Cheng finalmente abrió sus puertas, el olor a pan caliente y pasteles dulces atrajo a diferentes personas.

Plagg se encargaba de la parte de atrás mientras que Mari estaba atendiendo la caja registradora, los niños anteriormente kwamis querían ayudar a su “madre”, pero solo le permitieron acompañarla, enterneciendo a los clientes con sus caritas regordetas y tiernas.

*Tinc tinc*

La campana de la puerta anunció que había un nuevo cliente, la azabache se encontraba ocupada atendiendo a los demás clientes, por lo que no se fijó en quien, o quienes, habían llegado.

–Bienvenidos a la Panadería y Pastelería Familia Dupain-Cheng, esperen un momento y los atien....– No terminó pues quedó en Shock al ver de quienes se trataban.

Sabine y Thom..... Sus supuestos padres.....

Los clientes estaban felices de ver de nuevo a los mejores panaderos devuelta, pero al notar que tenían en la cara arrepentimiento y en la de la hija seriedad, supieron que algo pasaba.

–¿Puedo ayudarlos señores?– Preguntó seria.

–¿Señores? Somos tus padres, hemos vuelto del viaje que te dijimos en la nota– Comentó nervioso el padre.

–Vamos a desempacar y te ayudamos hija tranquila– Dijo de igual forma nerviosa la madre.

–Me temo que no será posible, puesto que ahora su cuarto pertenece a mis hijos– Comento señalando con la mirada a sus pequeños, quienes fueron hasta ella y se colocaron a un costado y miraron a los progenitores de su madre con enojo.

–¿Hijos?– Sorprendidos ambos.

Los clientes solo prestaban atención, nadie decía nada, se notaba a leguas que el ambiente estaba denso.

–Mamá Mari, Upa– Dijo la pequeña Dussu asustada por el ambiente incómodo que se creó para ella.

La azabache obedeció, cargó a su niña y volvió al contacto visual con sus “padres”, si así se los podía llamar.

Un llanto de bebé fue el que rompió aquel desgarrador silencio, para luego salir Plagg de la cocina con Hugo quien lloraba en sus brazos.

–Querida, Higo tiene hambre– Comentó pero quedó mudo al ver a los padres de su mujer.

–Yo me encargo cariño– Dijo para bajar a Dussu y dirigirse a sus niños– Vayan adentro pequeños, mami debe alimentar a Hugo y hablar con los señores – Para luego cargar a Hugo.

Los peques obedecieron temerosos por su madre, oyes no querían que se exaltara tras haber dado a luz hace poco.

–¿Quien es él Marinette? ¿De donde sacaste a ese bebé?¿Porque tantos niños?– Exclamaron con molestia.

– A mi novio e hijos los respetase, porque fueron los únicos que me apoyaron cuando ustedes me abandonaron– Defendió la joven.

Los presentes jadearon sorprendidos, pues nunca creyeron que una personas tan lindas pudieran hacer tal cosa.

–Mari no te exaltes por favor , diste a lus hace poco– Recordó el pelinegro acariciando sus hombros para tranquilizarla.

–Estoy bien Plagg, solo quiero que estos señores se vayan de mi casa– Dijo con desprecio hablando de ellos.

–Y se irán– Aseguró mirando a los padres con desprecio – Ya oyeron a mi mujer, largo de aquí, no tienen ningún derecho de regresar–

–¡Esta casa nos pertenece, los que se van son ustedes y esos mocosos!– Exclamó furioso el Señor Dupain.

–De hecho– Se dirigió a un cajón del exhibidor y sacó un documento– Según esto soy la dueña de este edificio, presentí que lo necesitaría en algún momento así que trasladé todos los bienes de la Familia Dupain-Cheng a mi nombre– Anunció y los clientes (metiches) aplaudieron en forma de celebración.

–Les voy a pedir que se retiren por favor, si desean recuperar lo que una vez les perteneció hablen con nuestro abogado– Interfirió Plagg.

Los señores Dupain-Cheng no tuvieron más opción que irse hechos furia, oh pero por supuesto que hablaran con el abogado.

–Bueno, lamentamos este acontecimiento y por haber retrasado sus pedidos, en un momento se los entregamos– Anunció la joven.

–Aquí esperamos srta–

–Descuide, no hay problema –

–Todo sea por sus postres–

–Se que valdrá la pena–

Fueron las palabras de los clientes, alegrando a la joven por ser comprendida.

Al final volvieron a la rutina normal, olvidando el incidente y trabajando entre risas y juegos.

Pero.......

¿Y Tikki?

Continuará....

Los Kwamis Te Cuidan [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora