Me encanta conducir el Mercedes, es muy divertido y los kilómetros se desvanecen cuan piso el acelerador al máximo.
Mi destino son la oficinas centrales de la impresa internacional del Sr. Grey. Levanto mi vista cuando estoy abajo, es un gran edificio de 20 plantas, con cristales curvados y acero, con las palabras "Grey House" escritas discretamente de acero encima de la puerta principal de vidrio, por la cual transcurre mucha gente. Faltan 15 minutos para las 2 cuando llego, y me siento enormemente aliviando al no llegar tarde mientras camino hacia el enorme y francamente intimidante vestíbulo de cristal, acero y arenisca blanca.Detrás del sólido escritorio de arenisca, una muy atractiva y bien arreglada rubia me soríe amablemente. Está usando la chaqueta grisácea y camisa blanca más nítidas que alguna vez he visto. Se ve inmaculada.
-Estoy aquí para ver al Sr. Grey. Soy Anastasia Steele representando a katherine Kavanagh. Le digo intentando sonar lo menos nerviosa posible.
-Discúlpeme por un momento, Srta. Steele. Ella enarca una ceja ligeramanete mientras espero tímidamente en frente suyo. Estoy empezando a desear haber pedido prestado uno de los blazer formales de Kate en lugar de usa mi chaqueta de punto azul marino. He hecho un esfuerzo y me he puesto mi única falda, mi comodas botas y camisa y jersei. Para mi esto es inteligente. Pongo una de las hembras de mi cabello que se ha salido tras mi oreja y pretendo que ella no me intimida.
-Se espera a la Srta. Kavanagh. Firme aquí por favor, Srta. Steel. Use el último ascensor a la derecha, presione el número veinte. -Me sonríe amablemente, divertida sin duda, mientras firmo y yo no se que tanta gracia le doy, dios voy a matar a Kate.
Me entra un pase de seguridad que tiene la palabra "Visitante" estampada muy firmemente en el frente. No puedo evitar esbozar una pequeña sonrisa. Sin duda es obvio que sólo estoy de visita. No encajo aquí, en absoluto, se nota con solo mirarme a mi y después a todo. Nada cambia, suspiro a mis adentros. Agradeciéndole , camino hacia la zona de los ascensores más allá de los dos hombres de seguridad que están mucho más inteligentemente vestidos que yo con sus trajes negros bien confeccionados. El ascensor me sacude con una velocidad al límite hacia el piso veinte. Las puertas se abren y estoy en otro gran vestíbulo, de nuevo, de cristal, acero y arenisca blanca. Me veo frente a el escritorio de arenisca y otra joven rubia vestida impecablemente de blanco y negro, se levanta para saludarme.
-Señorita Steele, ¿podría esperar aquí, por favor?-Señala a una zona de espera con sillas de cuero blanco. Detrás de la sillas de cuero hay una espaciosa sala de reuniones con paredes de vidrio y una mesa de madera oscura igualmente espaciosa, rodeada con al menos veinte sillas a juego. Más allá de ellas , hay una ventana que va desde el piso hasta el techo con una vista de el cielo de Seattle que deja ver toda la ciudad hacia el Sound. Es una vista sorprendente y estoy momentaneamente paralizada. Simplemente Wow.
Me siento, rebusco las preguntas en mi cartera y las reviso, maldiciendo para mis adentros a Kate por no darme una corta biografía. No sé nada de este hombre al que estoy apunto de entrevistar. Él podría tener noventa o treinta años. La incertudumbre es mortificante y mis nervios vuelven a la superficie, como justo antes de cada "consejo y ayuda" que me da mi padre salvo que gracias a dios no estoy llorando y gritando y ok paro, me pongo un poco inquieta. Nunca he estado cómoda con las entrevistas cara a cara, prefiero el anonimato de una discusión grupal en la parte trasera de la habitación. Para ser honesta, prefiero mi propia compañia, leyendo una clásica novela británica, acurrucada en una silla en la biblioteca del campus, sin nada ni nadie que me pueda destruir, con todo mis muros bien altos, evadiendome del mundo, de la realidad. No quiero estar senta aqui retorciéndome nerviosamente en un colosal edificio de cristal y piedra.
Pongo los ojos en blanco para mí misma. Cálmatem Steele. Juzgando por el edificio, que es demasiado frío y moderno, presumo que Grey está en sus cuarenta: delgado, bronceado y rubio para encajar con el resto del personal, por dios, invasion de rubios. Otra elegante rubia impecablemente vestida sale de una gran puertea a la derecha. ¿Qué es lo que sucede con todas las rubias inmaculadas? Esto parece Stepford. Respiro hondo, me pongo de pie.
-¿Señorita Steele?-pregunta, la última rubia.
-Sí.-grazno, y me aclaro la garganta.-Sí.- Eso sonó más seguro.
-El Sr.Grey la verá en un momento. ¿Puedo tomar su chaqueta?
-Oh, porfavor.-Lucho para quitarme la chaqueta.
-¿Le han ofrecido algun refresco?
-Um...no.-Oh, Dios, ¿la rubia número uno está en problemas?
La rubai numero dos frunce el ceño y le da una mirada a la joven mujer detrás del escritorio.
-¿Le gustaría café, té agua?- pregunta, volviendo su atención nuevamente a mí.
-Un vaso de agua esta bien. Gracias-murmuro.
-Olivia, tráele a la Srta. Steele un vaso de agua.-Su voz es severa. Olivia se levanta inmediatamente y se escabulle tras una puerta al otro lado del vestíbulo.
-Mis diculpas, Srta. Steele, Olivia es nuestra nueva interna. Por favor, siéntese. El Sr. Grey la verá en cinco minutos. Olivia regresa con un vaso de agua helada.
-Aquí tiene, Srta. Steele.
-Gracias. Y me callo, no voy volver hablar, porfavor que se pase esto rápido.
La Rubia número dos camnia hacia el gran escritorio, sus tacones haciendo eco en el piso de arenisca. Se sientaán y ambas continuan con su trabajo. Talvez el Sr. Grey insiste en que todas sus empleadas sean rubias. Me estoy preguntando ociosamente si es es legal, cuando la puerta de la oficina se abre y un hombre afroamericano alto, atractivo, elegantemente vestido y con ratas sale. Definitivamente me he puesto la ropa equivocada, me cago en todo, Kate, me las vas a apagar y encima por si no fuese poco que no llevo la ropa adecuada, tampoco se si el maquillaje lo llevaré presentable y ocultando todas las secuelas de ayer, y aparte que me duele todo el jodido cuerpo, Kate me debes una bien gorda no lo siguiente.
El afroamericano se da la vuelta y dice a través de la puerta: -Golf, esta semana, Grey.
No escucho la respuesta. Él se da la vuelta, me ve, y sonríe, sus oscuros ojos arrugándose en las esquinas, me encojo un poco, no me gusta que me miren. Olivia salta de su asiento. ¡Está mas nervios que yo!
-Buenas tardes, señoritas- dice él mientras sale por la puerta delizante.
-El Sr.Grey la verá ahora, Srta. Steele. Puede pasar.-dice la Rubia Número Dos. Me pongo en pie temblorosamente, intentando suprimir mis nervios. Llegó la hora.
Que os ha parecido?? Muy largo?? Antes que nada quiero pedir disculpas por tardar tanto en subir, han sido los finales y todo ese rollo y no me ha dado tiempo a nada, merezco morir lo se, prometo que subiré ahora más seguido, ya que se acercan las vaciones de semana santa :D. Bueeeeno, me alegra mucho todas las visitas, comentarios, y apoyos que esta recibiendo la novela, soy tan feliz *abrazo a mi misma*, gracias por todo. Quiero mandar un saludo especial a mis amigas Marialedume, lenagranger y Ivanna, muchas gracias por vuestro apoyo, nos vemos en el proximo ;), os quiero, besos.~NativeGirl
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•Yo también empecé con un mal comienzo en la vida• 50 Shades of Grey
RomanceVamos a darle un giro completo a la historia de 50 Sombras de Grey. (Con todo el respeto del mundo, porque la amo.) ¿Que pasaría si Anastasia no hubiera tampoco tenido un buen comienzo en la vida? ¿Y si no hubiese tenido tanta suerte como él? Esta...