5. Capítulo "De vuelta a casa"

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Mi corazón está latiendo con fuerza. Joder, esto ha sido muy extraño. El ascensor llega al primer piso y me apresuro a salir tan pronto como las puertas se abren, tropezando un par de veces gracias a mis estúpidos pies izquierdos. Venga, Ana, sal de aquí, ya. Afortunadamente no me caigo en el inmaculado suelo de piedra arenisca, gracias a dios, porque a parte de doler, hubiese sido jodidamente avergonzante. Salgo rápidamente por las puertas de vidrio y estoy libre en el fresco , limpio, y húmedo aire de Seattle. Levanto el rostro hacia el cielo justo cuando empieza una refrescante lluvia a la que le doy la bienvenida. Cierro mis ojos, tomo una profunda, larga y purificante respiración y trato de recuperar el poco equilibrio que me queda.

Ningún hombre me ha afectado de la manera en que Christian Grey lo ha hecho y no puedo entender por qué. ¿Es su aspecto?¿Su educación?¿Riqueza?¿Poder? No entiendo mi reacción irracional. Exhalo un gran suspiro de alivio. Menos mal que ya estoy fuera. ¿Que coño, fue todo eso? Apoyada en uno de los pilares de acero del edificio, intento valientemente calmarme, y ordenar mis pensamientos. Sacudo la cabeza, basta de gilipolleces. Santa mierda, ¿que fue eso? Mi corazón se estabiliza a su ritmo regular y puedo respirar normalmente de nuevo. Me dirijo de nuevo al automóvil.

Mientras dejo los límites de la ciudad atrás, me empiezo a sentir estúpida y avergonzada al recordar la entrevista en mi mente, esto es tan impropio e irracional. Sin duda estoy reaccionando exageradamente a algo que es imaginario. Bien, he de admitir que es muy atractivo, seguro, dominante, a gusto consigo mismo... pero por otro lado es arrogante y debido a sus impecables modales, es autocrático y frío. Bueno, o al menos en la superficie. Un escalofrío involuntario corre por mi columna haciendome temblar por un momento. Puede ser arrogante, pero tiene derecho a serlo: ha logrado tanto siento tan jodidamente joven. Más de lo que tú nunca llegarás ha conseguir. Me recuerda mi conciencia y la verdad es que tiene razón. Él, no soporta a los tontos, pero ¿por qué habría que hacerlo? Él no tiene que soportar escoria, seguramente con tan solo un chasquido de dedos, haría que esa escoria despareciera de su vida sin tener problema alguno. De nuevo, me irrita que Kate no me diera una jodida breve biografía, ¿que le costaba?

Mientras me desplazo por la I-5 mi mente continúa vagando con canciones R&B de Kate de fondo, algunas las tarareo ya que las conozco casi todas. Estoy realmente perpleja en cuanto a lo que hace que alguien esté tan motivado para tener éxito. Es, extraño. Algunas de sus respuestas fueron tan crípticas, como si tuviera una agenda escondida por algún lado. Y las preguntas de Kate ¡ugh! ¡La adopción y preguntarle si era gay! Enserio, cuando vuelva la mato, es que ¡ugh! Me estremezco. No puedo creer que encima lo dije. ¡Tierra trágame ahora! Cada vez que piense en esa pregunta en el futuro, temblaré de vergüenza, pero Kate de esta no se libra. ¡Maldita Katherine Kavanagh!

Compruebo el velocímetro. Estoy manejando con más cautela de lo que lo haría en cualquier otra ocasión. Y sé que es el recuerdo de dos penetrantes ojos grises mirándome, y una voz severa diciéndome que conduzca con cuidado, ¡¿Por qué coño no me lo puedo sacar de la cabeza?! Sacudiendo la cabeza, me doy cuenta de que Grey es más como un hombre del doble de su edad.

Olvídalo Ana, me regaño. Decido que, en términos generales, ha sido una experiencia muy interesante, y extraña pero no debería pensar en ello. Olvídalo. Nunca tengo que volver a verlo y eso está bien, no volveré a sentir esos sentimientos tan extraños. Inmediatamente estoy animada por la idea. Subo el volumen del MP3, me reclino y escucho la suave y sensual música mientras presiono el acelerador. Al entrar por la I-5, me doy cuenta de que puedo conducir tan rápido como me de la gana y es tan genial, no hay presión simplemente puedo disfrutar de la velocidad.

Vivimos en una pequeña comunidad de dúplex en Vancouver, Washington, muy cerca del campus de la WSU. Tengo suerte: los padres de Kate compraron el lugar para ella y pago una miseria de alquiler, y me sabe mal. Ha sido mi hogar por cuatro años ahora. A medida que me detengo afuera, sé que Kate querrá una historia muy detallada y es obstinada, así que querrá esos detalles sí o sí. Bueno, al menos tiene la mini grabadora. Por suerte no tendré que explicar mucho más de lo que se dijo durante la entrevista, me alegro de eso. Al entrar en casa, todo esta un poco revuelto.

•Yo también empecé con un mal comienzo en la vida• 50 Shades of GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora