Chapter 4

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Disclaimer: Los personajes de Naruto no son míos, son propiedad de Kishimoto. La historia tampoco me pertenece, es de Catriana y fue beteada por geekgir7.

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La heredera Hyūga partió al final de la semana, su nuevo guardia era un jōnin que no conocía y que hizo y dijo poco por el Uchiha. Sasuke lo había preferido así, para ser honesto todavía estaba de mal humor con la partida de la chica. Fiel a su palabra, había dejado de entrenar al aire libre en el frío y pasaba sus días en el interior... Pensando.

Sasuke estaba seguro de que estaba olvidando sus metas, lo cual era triste porque solo había estado en esta casa por seis meses. ¿Qué le paso a su determinación e impulso? Nunca había olvidado sus metas o deseos cuando buscaba venganza. ¿Fue porque en el fondo sabía que todo era inútil? Con el sello en la frente, nunca podría ser realmente libre. No importa cuánto quisiera resistir, sabia la verdad. Quizás podría vengarse de las personas que le habían puesto el sello en la frente, tratar de odiar a Naruto por no haberlo matado. Si se esforzaba lo suficiente, podría agarrar algo, cualquier cosa y usar eso como excusa. Quizás entonces alguien finalmente lo sacaría de su miseria.

El único problema con eso era que Sasuke estaba cansado. Le había dado la bienvenida a la muerte en el pasado, había terminado con sus deberes, había vengado a su clan. Se suponía que Naruto lo tendría que haber matado, él había querido morir. Ahora estaba cansado, de pelear, de odiar, estaba cansado de todo. Había completado su misión. Había querido que todo esto terminara; había querido unirse a Itachi y al resto de su clan.

Era difícil reunir la fuerza necesaria para querer morir de nuevo. Era difícil volver a un camino cuando finalmente te habías convencido a ti mismo de que todo había terminado. Ya no quería morir, pero tampoco quería ser parte de Konoha. Debido esto, los deseos, metas e intentos de Sasuke habían cambiado y se deformaron. Un día quería continuar con su plan, al día siguiente sólo quería que lo dejaran en paz y que todos se fueran a la mierda. A pesar de que se había dicho a sí mismo de que debería intentar arreglar la situación con la Hyūga, terminó volviendo a la misma rutina de ignorarla, solo interactuaba con ella en los entrenamientos. Y solo después de que Hinata se fue, se maldijo a sí mismo.

La meditación había hecho poco para mejorar su estado de ánimo y no tenía a nadie a quien atacar. Así que a mediados de la semana después de que Hinata se fuera, Sasuke se encontró sonriendo siniestramente al sentir un masivo estallido de chakra cerca de su pequeña casa. Ni siquiera le importaba quién era, solo sabía que estaba enojado y que estaba de humor para pelear. Verbal o físicamente, no importaba. Se levantó, se cruzó de brazos y puso su mejor mueca de desprecio. Al salir del pasillo vio al intruso entrando en su casa. La burla desapareció cuando se dio cuenta de que el rostro le era muy familiar.

El chakra pertenecía a Hyūga Neji y definitivamente estaba de mal humor. En el momento en que Sasuke dobló la esquina, los pálidos ojos se volvieron hacia él y se entrecerraron. El jōnin que lo estaba "cuidando" también había llegado, con los ojos muy abiertos por la sorpresa.

—Neji... —comenzó el hombre, pero el Hyūga lo interrumpió.

—No te preocupes —comenzó Neji, su mirada nunca se apartó de la de Sasuke—. Solo estoy aquí para hablar con el Uchiha. Espero que no te importe si te pido que nos dejes solos por unos minutos.

Relajándose, el jōnin se encogió de hombros.

—Claro. Solo... No intentes matarlo, ¿de acuerdo? Órdenes de Hokage-sama.

El hombre de cabello castaño no respondió y finalmente, el jōnin abandonó la habitación.

El Hyūga fue directo al grano, con postura defensiva mientras inclinaba la cabeza y miraba a Sasuke.

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