Isla desconocida
Percy y diez de sus mejores guerreros llegaron a la isla donde el equipo de exploración llegó hace dos días, aún no habían logrado hablar con ellos. -Estar atentos no sabemos lo que ataco al equipo anterior no baje la guardia no confíen a ciegas y reportar cualquier cosa extraña- ordenó con seriedad y sus hijos asintieron a la orden.
-Hai Oya-shi- declararon todos mientras entraban en el bosque buscando a sus hermanos.
Percy sentía un presentimiento que no sabía qué quería significar, algo más estaba en esta isla. Percy salió de sus pensamiento y siguió a su tripulación detrás con calma observando su entorno no notaba depredadores no había el ruido de las aves todo estaba en silencio lo cual no era una buena señal.
-No se separen más hay algo es este bosque no escucho al resto de los animales- comentó Percy.
-Oya-shi delante de nosotros uno de los nuestro con cadenas- comentó y Percy tomó el catalejo y observo y era cierto uno de sus hijos estaba encadenado eso hizo enojar a Percy pero notó que las cadenas eran largas llegando hasta los arbustos del otro lado.
-Alguien sostiene la cadena- murmuró Percy con seriedad
-Rodeen el lugar no podemos evitar un conflicto lucharemos con todo y haremos sufrir a quien se atrevió a quitarle la libertad a uno de mis hijos- declaró Percy con seriedad.
Todos rodearon a su hermano para atacar, Percy cargo de frente para atraer la atención. El encadenado levantó la cabeza y abrió los ojos cuando vio a Percy intentó gritar pero la mordaza le impidió decir una palabra.
Percy se preparó ante cualquier ataque y levantó su tridente para evitar las diez flechas que le lanzaron a él, -Si tienes tanto miedo para luchar al menos me gustaría conocer a quien se atrevió a ponerle cadena a uno de mis hijos- exigió Percy.
-No sabía que había cazadoras aquí- murmuró Percy. Las mujeres delante de él se vestían con pieles de animales salvajes tenían jabalinas y arcos. Tenían escudos en forma de media luna y cascos decorados con plumas.
-Oya-shi- el encadenado se liberó de su mordaza.
-Ellas no son cazadoras de Artemisa son Amazonas- gritó pero jadeo cuando una de las amazonas le golpeó en el estómago -Silencio esclavo- le gruño la amazona,
Las amazonas miraron a Percy apuntando con sus arcos y jabalinas,
-Amazonas al principio eran solo hijas de Ares que adoraban a los dioses de la Guerra como lo son Ares, Atenea y Belona pero con el pasar del tiempo más semidiosas se unieron a ellas a diferencia de las cazadoras que son doncellas que odian a los hombres ustedes las amazonas capturan hombres para esclavizarlos y usarlos para crear más amazonas si naces hombres serán esclavos si son mujeres se volverán amazonas, me a faltado algo- comentó Percy con calma.
(Este no es un semidios normal) pensó la amazona líder - No, nos has describido bien somos iguales y a la vez diferente que las cazadoras mientras que ellas prefieren acabar rápido con sus flechas a nosotras nos gusta las largas batallas y debo de decir que el pequeño grupo con este hombre- a punto al espartano atrapado quien gruño con enojo. -Nos dio una batalla decente para solo haber sido cuatro- comentó ella con una sonrisa.
-¿Dónde está el resto de mis hijos?- le preguntó Percy.
-Oya-shi el resto está en la aldea de las amazonas haciendo trabajos forzados nos tratan como simples criminales- gritó el joven de solo doce años que fue golpeado de nuevo. Percy apretó los dientes. Dejó que sus alas negras salieran a la vista de todos dejó que su magia se sintiera no una magia amable y cálida que usaba para calmar a los niños pequeños de su tripulación, está vez era el poder del inframundo.
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El Semidiós Más Temido
FantasyPercy Jackson hijo de Poseidón Semidiós del Mar es echado de su casa a los siete años por su madre la cual ya no puede soportar los ataques de monstruos y toma la decisión de dejar solo a Percy que ara ahora nuestro pequeño Semidión.