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Desde pequeña, Miya ___________, intentaba definir bien sus sentimientos, se había esforzado mucho por separar cada uno de ellos, y ser tener una maravillosa personalidad. Pero, vaya que cuando esos gemelos aparecieron, todo cambio.
Todo comenzó cuando los conoció. Crecieron un tanto juntos, ya que los padres de estos, los traían de vez en cuando. Pero, lo que más temía sucedió.
Una declaración.
Dos declaraciones.
Ahora que había pasado una semana de esos sucesos, no los había visto por motivo de estudios. Tenía 21, próxima a los 22 años. Esos gemelos que tanto alteraban sus pensamientos, eran tan solo 1 año y medio menor que ella, pero, si que sabían que hacer para molestarla.
Cambiando identidades, asustandola, incluso coqueteando con ella dejándola a veces, con sus mejillas de un tono durazno. Este día era diferente. Hoy tenía una cena en una cafetería. ¿Con quien?, Con sus gemelos favoritos.
— Disculpen la tardanza. Tenía asuntos personales que enmendar.—. La joven se acomodo en su asiento. Trataba de sonar lo más seria posible, y dejar sus nervios y ansiedad, para luego.
— Uhum, si, claro. —. Habló con claro sarcasmo uno de ambos gemelos, este empujó levemente la frente de la castaña con su dedo indice. —. Pero, es bueno ver que no huiste. —. Mencionó riendo levemente.
— No te preocupes, ___________. Aunque te demoráras más de la cuenta, tendríamos otro tiempo para hablar. —. Aquel Tokitō, intentó sonar amigable, en sus manos, tenía un sobre de Pocky's, y uno entre sus labios. —. ¿Uh?, ¿Deseas?. —.Dijo haciendo referencia a los Pocky's.
— Ah, ¿Si?. —. Muichirō sonrió, para luego dar alcance el sobre de dulce a Miya. —. Muchas gracias, Muichirō. —. Sonrió amablemente, para sacar un Pocky.
— Supongo que. . . Nos citaste para hablar de "Eso", ¿Verdad?. —. Yuichirō se cruzó de brazos y Miya quedó helada. —. ___________, sabes que no. . . Te criticaremos si no nos escoges a uno de los dos.
— Ah. . . Este tema es muy. . . Raro. ¿Ya lo habrán usado en alguna novela?. —. Muichirō acostó su cabeza en la mesa, mirando a la de ojos ámbar. —. Tranquila. Es normal que te sientas confundida. Los sentimientos humanos son simplemente. . . Una total sorpresa. No planeaba enamorarme, pero, ya me viste declarándome, ¿No?. —. Sonrió riendo.
— Muichirō. ¿Que no puedes dejar la Psicología en la universidad? ¿Eh, hermano?. —. Mencionó ante lo dicho por su gemelo.
— Bueno. . . ¿Pidamos algo primero, no creen?. —. Su tono serio, ahora era uno más nervioso.
— Yo pediré primero.
— No hay problema. . . Muichirō, ¿Que pedirás?.—. Preguntó la castaña mientras Yuichirō llamaba a la mesera.
