NEVERMIND

Capítulo 7: Fuga

Al día siguiente, después de que le dieran el alta a Yoonie, padre e hija volvieron a casa. La noche no había sido fácil para ninguno de los dos y Namjoon ya no sabía qué más hacer para conseguir hacerle cambiar de opinión. Volvió al cuarto de su hija y lo intentó una vez más.

—Cariño, vamos a hablar, por favor. Te lo contaré todo, déjame explicártelo, por favor.

—¿Qué me vas a explicar? ¿Que me has mentido y engañado?

—No fue mi intención, te lo prometo. En ningún momento quería hacerte daño.

—Pues lo has hecho. Sabes que no soporto a ese hombre desde hace años y ahora vas tú y te lías con él.

—Yoonie, déjame hablar contigo, no te vayas así.

Namjoon estaba al borde del llanto mientras miraba a su hija hacer esa maleta. Sabía que todo había sido por su culpa, desde el principio era consciente de que la mentira no debía haber sido una opción. Yoonie estaba enfadada y dolida con él y eso a Namjoon le partía el alma en mil pedazos.

—Sé que ahora estás enfadada, pero quiero contártelo todo cuando estés más tranquila. Eres mi vida entera, cariño.

Yoonie no dijo nada y siguió metiendo más cosas dentro de su maleta. En ese momento sonó el timbre y Namjoon fue a abrir. Era Jungkook.

—Hola, Jungkook. Pasa, por favor.

—Buenos días —el chico observó a Namjoon y vio que no tenía buena cara—. ¿Todo bien?

—Yoonie y yo hemos discutido.

—Oh, vaya. Lo siento mucho —Jungkook hizo una mueca.

—No te preocupes, Yoonie te está esperando en su habitación.

—Claro.

Jungkook cruzó el pasillo y entró en el cuarto de su novia.

—Hola, mi amor —el joven le rodeó la cintura y le dio un beso en la mejilla—. ¿Cómo estás? Tu padre me ha dicho que os habéis peleado.

—Sí, todo ha sido culpa suya.

En ese instante Jungkook se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo.

—¿Y esa maleta?

—Me voy unos días con mi tío.

—¡¿Qué?! ¿Pero qué ha pasado?

—Vámonos, te lo contaré por el camino.

La pareja salió del edificio y se metieron en el coche de Jungkook. Durante el trayecto Yoonie le contó todo lo que había sucedido y cómo se sentía por lo que había hecho su padre.

—No sé qué decir, amor. No me esperaba que ocurriera esto.

—Yo tampoco —la chica se sorbió la nariz y se tapó la cara.

—Vamos, no llores —Jungkook alargó el brazo y le acarició la mejilla—. ¿Por qué no te quedas esta noche en casa?

—Están todos, no quiero molestar.

—Tú nunca molestas, Yoon —el joven paró en un semáforo y la cogió de la mano—. Si es por Hyung, no te preocupes. Ya sabes que te aprecia mucho.

—Pero aun así...

—Quédate por esta noche. Mañana te llevaré con tu tío cuando estés más tranquila, ¿vale? —Jungkook le sonrió.

—Vale —la chica asintió con la cabeza.

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