NEVERMIND

Capítulo 8: Incertidumbre

Había pasado una semana desde que Yoonie había vuelto y parecía que las cosas en casa volvían a la normalidad poco a poco. Era mediodía y Namjoon había invitado a Jimin a comer aquel día. Como era de esperar, a Yoonie no le hacía demasiada gracia que ese hombre se pasara por casa, pero le había prometido a Namjoon que se portaría bien con él y eso iba a hacer.

Cuando terminaron de comer, el chico ayudó a Namjoon a limpiar y entre los dos dejaron el comedor bien recogido. Jimin cruzó el largo pasillo y tocó con los nudillos la puerta de la habitación de Yoonie. En un último instante creyó que no era buena idea, pero no le dio tiempo a pensar cuando la joven abrió la puerta.

—Hola, Yoonie. ¿Puedo pasar?

La chica le observó durante unos segundos y asintió con la cabeza. Jimin entró y cerró la puerta tras él.

—Gracias —el chico le sonrió—. No hemos tenido tiempo de hablar antes por eso quería hacerlo ahora.

—Claro, dime.

—Antes que nada quería decirte que me alegro mucho de que estés aquí. Estábamos muy preocupados por ti, sobre todo tu padre.

—Ya lo sé. No te preocupes, no me volveré a ir más.

—Lo digo en serio, Yoonie.

—Vale, sí —la chica se cruzó de brazos en su asiento—. Dime, ¿qué es eso que querías decirme?

—Sé que nunca te he caído bien y me gustaría arreglarlo. Por mi culpa te has peleado con tu padre y habéis estado enfadados. No quiero eso, Yoonie.

La chica se tocó el brazo y asintió.

—Quiero que sepas que voy en serio con él, no estoy aquí para sustituir a nadie ni nada, Yoonie.

La joven le escuchaba con atención, las palabras de ese hombre parecían sinceras.

—Me gustaría que nos lleváramos bien y que me dieras una oportunidad para conocerme de verdad. Si tú quieres, claro.

Yoonie le miró profundamente y entonces afirmó.

—Vale, está bien.

—¿De verdad? —Jimin esbozó una sonrisa.

—Sí, de verdad. Me parece bien.

El chico se levantó de allí y fue a abrazarla, pero prefirió darle un toque en el hombro.

—Gracias —le dijo de corazón.

Jimin salió de su habitación y se encontró con Namjoon en el pasillo.

—¿Qué tal ha ido?

—Ha dicho que sí —Jimin sonrió.

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Aquella tarde, horas después, Yoonie estaba ansiosa, no podía esperar un minuto más. Tenía que ir a ver a Jungkook urgentemente y decírselo. Por suerte Namjoon había salido a acompañar a Jimin a su casa y volvería tarde, al menos así podía ahorrarse ver la cara que ponía cada vez que hablaban de Jungkook.

La chica cogió el autobús como de costumbre y en poco menos de media hora llegó al apartamento donde vivía su novio.

Marcó el código de su piso y uno de los chicos que vivía allí le abrió. Subió por el ascensor y vio que la puerta estaba abierta. Entró y vio a lo lejos a Yoongi que le saludó con la mano.

—Mi hermano está en su habitación.

—Vale —la chica asintió y fue directamente al cuarto de Jungkook.