Sin Escape [Condena #1]

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Aedus

Suelto el disparo que hace al hombre retroceder con una sonrisa, Caroline tiene un golpe en la cabeza que no le deja de gotear sangre, está inconsciente, la ropa la tiene razgada y tiene los ojos hinchados, su piel pálida está llena de golpes en su cara, así como los demás golpes que tiene en el cuerpo, el lugar está lleno de sangre y supongo que se defendió pues el también tiene heridas, pero solo con verla a ella ya me provoca descargar mi arma contra el

—¿Que mierda te pasa en la cabeza para que te atrevas a tocar a mi mujer?— le digo en holandés, la furia se destila por cada poro de mi piel, solo a un perro siguiendo órdenes se le ocurre semejante idiotez

Debí suponerlo, claro que debí imaginar la insistencia de mi padre por qué me fuera a la empresa, y me preguntó cómo mierda se enteró que Caroline en realidad es hija de Aria Lazcano, cubrí bien en el camino por lo que no había forma de que se enterará, o eso supuse, claro es que soy idiota y no pensé en que después de dejarme esa duda hace meses haya investigado y llegado al mismo punto que yo...

Y por esa maldita razón, envío a su perro, para matarla o lo que él maldito pretendía antes de que llegara si no es que lo hizo y por el maldito bien de sus pelotas espero que no haya alcanzado a hacerlo, pero bueno eso no hará que le perdone la vida, tocó lo mío y lo maltrato, así que ya tiene su sentencia escrita en la frente

—Se desgarro la garganta diciendo que le diera más fuerte — me dice Rudd en Holandés y mi paciencia explota dándole dos tiros en el pecho, no se en que maldita posición se creía pues mis disparos lo toman por sorpresa y rápidamente pone la mano en su pecho, queriendo evitar algo que no va a poder

—Así como se te va a desgarrar el cerebro a ti, maldito hijo de puta — y le doy dos más en la frente, sonriendo al ver su última mirada y al no bastarme, dejo que el cargador se vacíe sobre su frente logrando ver su materia gris regada por el suelo— ¿Quien fue el bastardo que lo dejo entrar?

Nadie contesta, joder, espero que estén muertos porque si no yo les haré el favor,  me quito el blazer y la cubro con el, tomándola entre mis brazos, maldigo el momento en que salí de la casa, en que me confíe en que la jaula de cristal era segura, que ella estaría protegida por ello, alguien me debe una maldita explicación, pues ahora tengo que sostenerla tan frágil y débil, sabiendo que ella no es así

Voy caminando y no veo más que escombros, hombres muertos y las empleadas igual, les gusta tentar a la muerte, mi padre conociéndome le gusta tentarme y sabe bien cuáles son las consecuencias, espero que así como tuvo los cojones para inrumpir mi casa e intentar matar a mi mujer, acepte lo que haré, maldita sea, respiró hondo antes de dejarla en el asiento de copiloto y me subo del otro lado ignorando al hombre que llega

—Después arreglamos está mierda Jenkin— le gritó a mi padre antes de perderme en la carretera, llegó a un hospital y con un gesto se desocupa dejándome a sola con los doctores que me reciben a Caroline

Me siento maldiciendo y le hago un gesto con la mano a Jerónimo quien entiende y se marcha con cara de preocupación, claro lo que voy a hacer sobrepasa sus estándares de moralidad, pero a mí me vale mierda, porque soy la mano que le da de comer y eso lo tiene presente antes de decir algo que pueda detener eso

Las horas pasan y no salen a darme información exasperandome en el acto, aún estoy enojado y se que eso no le conviene a nadie, me levanto y las palabras que me dicen ya me las sé de memoria, de tanto que he preguntado «Esta en cirugía, pronto le daremos información, este tranquilo», ¿Tranquilo?... necesito matar a alguien para poder estar tranquilo

La oportunidad se da cuando, Jerónimo regresa con la orden que le di, oportunidad que necesito para bajar la rabia

—Largate — le ordenó a la chica detrás del mostrador, quien asiente y se marcha corriendo

Mis hombres cierran las salidas y pongo de rodillas a la mujer que Jerónimo trajo

—Hijo, ¿Que vas a hacer? — me pregunta asustada en mi idioma natal y la miro sonriendo cínicamente, tantos años y por fin

—te metiste tan enserio en ese papel, Liselot — sacudo la cabeza, saboreando el nombre, mientras ella solloza, se escuchan los estruendos afuera y los gritos del hombre que se hace llamar mi padre — déjenlo entrar quiero que lo vea en vivo y en directo — sigo sonriéndo esperando al maldito que puso el esperma para que yo viniera al mundo

»¿Que se sintió matar a alguien para obtener lo que querías? — le pregunto a la mujer que no deja de llorar

—No se de qué hablas — sorbe su nariz, huyendole a mi mirada

—Yo se la respuesta, pero quiero saber si los demás sienten lo que yo — bramó, quiero que me vea a los ojos pero no hace más que esquivarme la mirada

—Por favor, hijo para esta locura — susurra aún más asustada, sabe lo que pretendo, sabe que lo sé, que siempre lo supe y que solo fingía a su lado

Jerónimo suspira y solo se hace a un lado dejando entrar a Jenkin, y entre tres de mis hombres lo sostienen para que no se me venga encima, con la furia desbordándose por todo su ser, pero yo no lo envíe a tocar a mi mujer, como dije que tenga los cojones de aceptar sus mierdas

—¿Que mierda haces Aedus?— me gruñe, entre asustado y furioso, haciendo que mi sonrisa se agrande

—Tu mandas a matar a mi mujer, yo te devuelvo el favor, solo que no mando a nadie como la maldita rata que eres, yo la mato delante de ti y con mis manos — respondo lo que ya sabe

—Es tu madre... — susurra, tengo que afinar el oído para escucharlo y soltar una pequeña risa

—Esa porquería no es nada mío — miro a la mujer con asco — ya se que estuviste de acuerdo a que esa zorra matara a mi madre y se quedará con algo que jamás le correspondio

—Eso no es cierto— grita, sacudo la cabeza sin dejar la sonrisa cínica

—Se te olvida que estúpido no soy y siempre me entero de todo... — río sin ganas — se metió tanto en su papel mientras yo esperaba este momento con ansias — vuelvo a mi papel principal, el de villano, mis ojos deben estar negro por la furia con un brillo de dirección — ese hombre por el que tanto luchaste sacando a mi madre del camino, es quien está provocando esto

Ladeó la cabeza, y doy pasos atrás soltando a la mujer, otros tres de mis hombres toman a la perra de mi madrastra quitándole toda la ropa, le separan las piernas de una manera abrupta y la empiezan a penetrar entre los tres

Asco me provoca ella y su complejo de querer ser mi madre, sin saber o rehusandose a aceptarlo, que esto pasaría tarde o temprano, creía que me tenía a sus pies con su papel de "madre perfecta", pero asco siempre me dió ella y su estúpido complejo de superioridad Jenkin me mira, sabiendo que no puede hacer nada, solo derrama lágrimas silenciosas que me dan risa

—Que te quede claro, Jenkin — le digo apuntando a la mujer que no deja de dar gritos, mis hombres terminan, esto que hice es solo un poco de la misma medicina que recibió mamá, la arrodillan, dejándola sangrando y desnuda — con mis cosas no te metas... Y mucho menos con mi mujer

El impacto resuena en el lugar y pasos se escuchan cuando los sollozos de la mujer se detienen al igual que su vida el doctor palidece pero no sé atreve a decir nada porque lo silencio con la mirada, traga en seco bajando la vista, bien sabe cuál es su lugar

—La señorita ya salió de cirugía — anuncia y con un 10% menos de rabia limpio el gatillo, viéndolo