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Capítulo 43

Aedus Presente

—Espero esto no sea uno de tus malditos trucos — le susurró, y ella se sacude la cabeza sostiendose el vientre bajo

—¿Cómo carajos voy a hacer un truco con mis bebés?— dice indignada, pero puede indignarse lo que quiera, porque la conozco y se que puede haber un truco más que aún no ha sacado, se apoya en mi brazo y la tomo como una novia, llevándola de nuevo al auto

—Llevanos al hospital — pido a Jerónimo y este se pone en marcha de nuevo, la bolsa bajo sus ojos me indican que no ha dormido bien, y la aprieto en mi pecho

Por más de tres semanas ha estado huyendo como si yo fuera a matarla o no se que mierda le pasa por la cabeza, en mi mente vienen cada uno de los momentos en que hemos estado juntos, las cosas que hemos hecho incluso ese día donde hicimos a los bebés

Se podría decir que fue uno de los mejores, de los sencillos dónde apreciabamos las cosas bonitas que tiene la naturaleza, éramos solo ella y yo, nos dejábamos llevar por lo que sentimos, ella sabe lo que siento y se lo que ella siente, asi que no entiendo que mierda paso, porque lo hizo

—Ya llegamos al hospital— dice en un susurró, veo ese brillo en sus ojos, ese del día que acepto seguir conmigo, ese brillo que sus ojos naranja siempre tienen cuando me ven

Tal vez este delirando pero es así como lo siento

—De verdad espero que no sea ningún truco

Arruga el entrecejo y apoya la cabeza en mi pecho cuando bajo del auto con ella en brazos

—Creia que me habías dicho que los conocías todos — vuelve a susurrar

Elevó la comisura de mi boca y entro por el ala de urgencias y nos guían a una sala donde el doctor me la arrebata de los brazos y la acomoda en una camilla, vuelvo a arrugar el ceño y sigo avanzando con ellos

—Embarazo de 10 semanas — comenta y el doctor se mueve más rápido trayendo un montón de máquinas , me coloco al lado de ella pasando el brazo por encima de su cabeza

Y juro por dios que quiero saber que está pensando en este momento, le levantan la playera y le aplican un gel frío que la estremece y el retumbar constante se escucha en la habitación, me deja admirando la pantalla

—Aqui están — señala la pantalla y pero no son 2 como creía, se ven tres sacos gestacionales «Trillizos» — aquí hay algo que no me gusta, el corazón del segundo bebé se escucha menos fuerte que el de los demás

Nos miramos entre ambos, su cara de sorpresa me llena de confusión y rabia, pero solo aprieto más fuerte, al ver sus ojos cristalizarse

—¿Que quiere decir?— pregunto despacio

—Ellos estaban bien hace dos días que me hice la ecografía... Los tres estaban bien— responde ella, como una justificación, doy un apretón más pero no porque la culpe, solo que estoy como ella

El doctor vuelve a pasar el aparato, y limpio unas cuantas lagrimas que le invaden los ojos

—Hay una pequeña masita creciendo junto a el corazón, — vuelve a hablar el doctor señalando la pantalla, veo lo que quiere mostrar y solo suspiro— es extraño que el otro médico no lo haya dicho, hay que hacer una biopsia para determinar que es eso

—¿Que está esperando?— pregunto casi en un grito, haciendo que quite el aparato por el respingo que da

El sale a pasos apresurados y ella se baja la playera, la cabeza me duele y ella pone los pies a la altura de su cara, quiero abrazarla, pero se escucha un estropicio, que me hace apartarme de ella poniendome alerta y ella levanta la cabeza viendo al frente con una sonrisa, mierda, debí llevármela enseguida

—A veces toca improvisar— murmura, y la pongo de pie, ya en Holanda trataré todo lo que el médico dijo, a ver si también no era una mala broma de ella

Me golpea las costillas tomando uno de los cuchillos ocultos y clavándolo entre ellas

—Lo siento mi amor, pero quiero ser libre— ¿como mierda me dice mi amor y luego se echa a huir?

Voy a cartigarla por esto

Me arrebata el arma y vuelve a correr

—Hija de puta— grito, la escucho reír y más rabia me da

Me sostengo la herida e intento correr, Jerónimo me sostiene y me ayuda a acelerar el paso, se 3scuchan helicópteros para, gente corriendo y el hospital cayéndose por alguna mierda

—Es la Meu— anuncia— Aedus déjala ir — Ruega, con lágrimas en los ojos y no se que mierda le pasa, pero eso nunca va a pasar, nunca la voy a dejar

—Eso jamás— digo convencido, corriendo lo más rápido que puedo

* * *

Meses atrás

—¿Que hacemos aquí? — susurra contra mi pecho cuando nos adentramos en la tribu indígena que nos cedió el bello lugar, no conocía esta parte de Colombia y al parecer ella tampoco, está cerca al Amazonas y aunque tiene miedo de que pueda salir algún animal de cualquier lado se le ve feliz de compartir esto conmigo y yo estoy feliz de compartirlo con ella

—Admirar la naturaleza — comento con una sonrisa, pasamos entre las chozas donde vive la tribu y el jefe nos sonríe, extendiendo la mano para guiarnos hasta un tronco de madera atravesado en la mitad del lugar

Allí nos quedamos mientras ellos hacen su rutina, supongo, no se cuál es la cultura pero los admiro en silencio y con respeto, la noche se alarga viendo las estrellas  y aprendiendo lo que todo esto nos enseña, al final quedamos bajo un risco uniendo nuestras manos mientras juro que jamás la dejaré ir, que será mía ahora y siempre

—Si, señor posesivo — se ríe juntando nuestras frentes — siempre seré tuya, aunque yo no sea un objeto — sonríe y la acerco más uniendo nuestros labios — Te amo

— Yo también lo hago

Esa noche hicimos un pacto y un juramento que nunca pretendo olvidar y siempre cumplir

* * *

Unas semanas después admiro como camina con libertad por la playa del lugar y me centro en mi trabajo luchando con la Meu y dejándole varios mensajes a Aria para que nos deje de una vez por todas, cuando regresamos al hotel donde estamos viviendo desde hace casi 6 meses ella está perdida en su mundo

Pensando en no se que cosas, la atraigo hacia mi dejando que su cabeza repose en mi pecho trayendome paz

—Siempre volveré a ti, ¿Lo sabes?— me pregunta una vez estamos en la cama, nuestras piernas están enrolladas y mi cabeza reposa en su pecho

—Es que nunca te tienes que ir — la pesadez de mi lengua y la somnolencia de mi cabeza me hace espabilar varias veces, mientras intento hablar

—Creo que si, y no te preocupes de todo lo que haga, siempre regresaré a ti — con ese murmullo de su voz, me quedo dormido

Cuando me levanto no está a mi lado, la punzada en mi pecho me molesta, y camino hacia el armario, no está su ropa o parte de ella, ella se ha ido y una parte de la conversación queda en mi cabeza

Siempre volveré a ti, no si llego antes

* * *

Cuando entro en el avión, el pitido del rastreador me hace sonreír, y rápidamente este despega, no se en que parte de Colombia estamos, solo me dejó guiar por el punto que me señala la pantalla

—Siganla, que crea que tiene oportunidad, cuando la tenga, quiero que tengan todos listo para despegar de nuevo— ordeno

Asienten y me pasan el arma con las demás cosas y entro al hotel encendiendo un cigarro…

—¿Cuánto tiempo la seguimos?— la pregunta me hace detenerme en el umbral de la puerta de la habitación, pongo una sonrisa inocente, ladeando mi cabeza

—El suficiente para que crea que ya escapó de mi — digo despacio, asienten y luego se marchan, llegó al balcón, mirando al cielo, pensando, recordando, algo de mi está consiente porque está haciendo está bobada, pero la otra se niega a reconocerlo, así que vamos a jugar y yo soy experto en ello, y ella lo sabe bien, porque me conoce tan bien, como la conozco yo a ella

Sin Escape [Condena #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora