Epílogo

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Staten Island/ Nueva York

3 años después

Tipo de Narrador: Tercera Persona

El frío invierno golpeaba en aquel barrio pequeño de Nueva York, bien podría decirse que no sería apropiado salir con ese clima pero la mujer española que caminaba entre casas perdiéndose entre la nieve fría, y la breve llovizna debía hacerlo, llevaba mucho tiempo planeando eso para que una nevada la hiciera cambiar de opinión, además uno de sus defectos más grandes era la persistencia y ya no podía dar marcha atrás

Dejo un beso en la cabeza de su hijo de quince años y siguió su recorrido hasta llegar al punto de encuentro donde sus otros compañeros la esperaban, eran 2 una mujer morena muy hermosa, y un hombre, el castaño de ojos claros, habían tenido algo en su pasado pero ahora solo los unía el negocio que estaban a punto de concretar, y alguno que otro encuentro clandestino

—Necesito que de este año no pase — hablo fuerte ordenando lo que llevaban atrasando por excusas vanas pero ya ella no estaba para perder el tiempo, necesitaba eso porque, ese año era su mejor momento — o si no, los mato y busco otros aliados — amenazó con una sonrisa

—No tenemos varitas mágicas — rugió el castaño, llamandola por su nombre, haciendo que ella le lance dagas con los ojos que si no la conociera seguramente la intimidará, pero la conoce mejor de lo que ella lo hace — sabes que nuestras razones son de peso, asi que ni lo intentes— se burla de su rostro contraído en rabia — se hará si porque así lo hemos decidido y el plazo se ha extendido demasiado

—Pues espero que empiecen a ser magos, — susurra ella el nombre del castaño y posando su vista en la morena también pronunciando fuerte y claro su nombre — no quiero errores, recuerden el objetivo principal

—¡La caída de los Lazcano! — se rien con maldad, eso les abrirá una puerta más grande, pero sin duda la paz que sentirán al ver eso efectuado no se las arrebatará nadie — sin heridos en el camino

—No puedes hacer esto sin dejar víctimas — murmura el castaño, mencionando lo obvio

—Yo no quiero daños colaterales y mi cerebro los evita, es más lo prevee — refuta la mujer española...

—Si tu lo dices — se burla — pero recuerda que no siempre ves el futuro, así que prepara un plan de contingencia — se cruza de brazos y la examina con sus ojos claros

—Ya lo tengo — le comenta ella a él, la morena solo los mira discutir, siempre es así cuando ellos se reúnen, así que no les presta atención — siempre estoy preparada para lo inevitable, además que no solo vamos a atacar una familia cualquiera, es la dueña del mundo, y para eso estoy preparada incluso si me toca morir — baja la cabeza suspirando, tiene todo preparado si eso llega a pasar

—¿Cual es el plan de contingencia? — pregunta interesado el castaño, por una persona en especial, en ella no quiere manchas y errores, en ella solo quiere ver la luz que irradia, con su cabello azabache y sus ojos naranja «Nathaly», su nombre saliendo de sus labios es una puta delicia y aunque se ha negado a el, va a ser suya tarde o temprano, es su mayor promesa

—Alemania — comenta la española de nuevo, trayendo su atención  y sin más sonríe, ese es el mejor de los planes de contingencia— suma dos más dos y tendrás el resto de las respuestas — se burla — y deja de botar la baba por ella— se mofa, haciendo que el levanté la comisura de su labio

—¿Quieres que la bote por ti?— comenta sarcástico, ella le da una mirada a la morena quien asiente y se retira con los detalles que necesita, sonrie y desaparece de la vista de ambos, la mujer española se fija ahora en el castaño que la ve como cuando tienen sus encuentros

—Eso ya lo haces pero me gusta más cuando me llenas de ella — comenta curiosa la española, el castaño se acerca hacia ella, Si, Nathaly iba a ser suya pero probas otras pieles mientras tanto solo le aumentaban el deseo, solo era un desliz para asegurarse tenerla en todos los modos y disfrutar de ella

La tiró sobre la mesa redonda que había tras de ellos y le separo las piernas bajandole el vaquero y pasar los dedos sobre la feminidad de ella, estaba húmeda y dispuesta siempre lo estaba cuando se trataba de el, hizo a un lado la braga de seda y bajo su pantalón a toda prisa

El paso el glande por sus pliegues antes de adentrarse en ella

—Esta será la última vez — susurra ella con deseo, y la voz entrecortada— no podemos distraernos

—Cuando quieras te vuelvo a clavar — asegura el, ambos eran débiles por los cuerpos del otro, así que había algo de razón en esas palabras, los embates aumentaron, la temperatura se elevó haciendo menos la nevada que golpeaba el lugar donde estaban,  los gemidos sobraban y los dos cuerpos chocando juntos se desataron en el mayor orgasmo placentero y satisfactorio recibido

—Alemania no lo olvides, no me falles — le dice la española después de que ambos estaban vestidos y listos para irse, el la miro como si fuera una broma y nego antes de contestar:

—Sabes que jamás lo haré, Mon amour

Un plan que empezaba a desarrollarse y que tenía más posibilidad de éxito que de falla, mientras en Mallorca, Nathaly se recostaba con sus hijos pensando en ese amor que dejó años atrás, en Holanda Aedus también tenía sus planes, uno que los incluía a los 4, uno en el que se cobraba lo que pasó la última vez que estuvieron juntos

Los disparos, el puñal en la costilla, la promesa de un reencuentro, y la certeza de una vida juntos, porque ninguno se iba a librar del otro y era algo que ambos tenían que afrontar, solo que sus planes se verían truncados y al no saberlo se desataría una guerra, de poder, amor y dónde las pérdidas destrozarían a ambos

Sin Escape [Condena #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora