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Un niño corriendo por las calles con un maletín entre sus manos mientras un hombre alto vestido de negro lo persigue gritándole que le devuelva el maletín.

El niño corría lo más rápido que podía sin éxito de dejar atrás a ese hombre.
¿Por qué no simplemente lo deja quedarse el maletín? El se ve como un hombre rico, no parecía que necesitara del todo ese maletín, lo que había adentro lo podía volver a comprar, sin embargo el podía ganarse algo de dinero vendiendo lo que sea que hubiera dentro y tal vez tener una comida decente.

El hombre por su parte, se encontraba furioso, un estúpido niño de unos 6 años le había arrebatado un maletín con ingredientes exóticos para pociones.
Era tan patético verse persiguiendo a ese mocoso para que le devolviera su maletín.
Tal vez si el maletín hubiera contenido cosas menos costosas y difíciles de conseguir se lo habría dejado al chico que obviamente estaba en condición de calle, pero lo que llevaba aparte de ser extremadamente caro, no le serviría a aquel niño en el mundo muggle.

— ¡Hey, vuelve aquí con mis cosas maldito mocoso!

El niño corrió con todas las fuerzas que sus piernas se lo permitieron, pero una piedra en su camino lo hizo tropezar.
El miedo de aquel niño comenzó a hacerce precente a medida que escuchaba los pasos de aquel hombre acercarse, por lo que optó por quedarse tirado en el piso, después de todo, ya se había ganado una golpiza por robar en primer lugar, tal vez si se quedaba ahí el hombre tendría un poco más de compasión por él.

— maldita sea ¡En qué estabas pensando niño estúpido! — dijo aquel hombre mientras recogía su maletín del suelo y levantaba al pequeño niño tomándolo bruscamente del brazo.

Pudo observarlo mejor, era un niño con el cabello negro y desordenado, tenía unos lentes redondos que, aparentemente se acababan de romper por su caída, ropa en extremo grande (para el niño) y bastante vieja, con agujeros en muchos lados.
Observó mejor su cara, sus facciones eran parecidas a... A las de... El bastardo de James Potter...

Por su parte el niño, respiraba de manera agitada, una parte por el cansancio de haber intentado huir y otra por el miedo que se apoderaba de su ser. Al menos esperaba que ese hombre no pegara muy fuerte... O que al menos un poco menos fuerte que su tío.

— lo siento... — dijo aquel niño en un susurro casi inaudible

— ¿"Lo siento"? — repitió el hombre visiblemente molesto — ¡¿crees que un "lo siento" arreglará los malditos frascos que se rompieron niño idiota?!

No hubo respuesta.
Solo lágrimas saliendo de los ojos del niño, que solo quería desaparecer en ese momento.

El hombre sintió que aquel espectáculo era completamente ridículo, ese niño tan parecido a James le había robado, tal vez intentando sobrevivir en aquella condición de calle, ahora estaba llorando.
Patético.
Dió un gran suspiro e intentando calmarse suavizó un poco el agarre.

— no intentes hacerte la víctima cuando fuiste tú el que me robó en primer lugar, robar está mal, así sea para intentar sobrevivir, está MAL.

El niño se confundió un poco.
El hombre había suavizado bastante su tono... Tal vez esperaba verlo confiado de que no le iba a hacer daño para soltar el golpe después, eso era lo que hacía su tío, y por lo regular, esas veces le iba peor que cualquier otra vez.

El hombre suspiro una vez más al ver que el niño no se había calmado en lo más mínimo.
¿Que iba a hacer el con un pequeño ladrón que estaba llorando? No era como que le gustaran los niños o supiera tratarlos, con sus alumnos era suficiente.

— tienes hambre, mocoso? — Dijo el hombre con resignación

El niño estaba impactado.
El hombre en lugar de golpearlo le estaba preguntando algo así... No era como si lo conociera o algo... ¿Era una trampa acaso?
Tal vez era mejor decir que no, para evitarse sorpresas.

Ayudando a un pequeño a sanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora