Sirenas

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No sé dónde estoy, pero ya es de día, el sol ya salió y solo escucho a las sirenas, una y otra vez, como esa noche cuando era niño.

Nunca debiste cuidarme en la oscuridad, te he amado hasta que la policía venga por mí, pero estás para siempre en mi corazón, en mis cartas y escritos, estarás en todas partes porque ahora eres mía, creo que al fin pudiste amarme y yo a ti.

Espero no te arrepientas, pero apuesto a que sí, no te dejaron vivir y yo no te dejo morir, pero que puedo hacer ahora que estoy en la calle, tirado en algún lugar que no logro reconocer, oyendo las sirenas de fondo mientras veo como el semáforo cambia mi piel de rojo a verde, una y otra vez, esto es lo último que mi mente puede guardar.

El melodrama ZacaríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora