El pelinegro se encontraba recostado en su sofá escuchando los pájaros cantar afuera indicando que habían llegado las cinco de la mañana a punto de ser el amanecer, sus grandes y largas manos recostadas en el sofá reposaban con tranquilidad notándose pálidas y sus alargados dedos tocaban ligeramente el respaldo de aquel gran mueble corinto tan grande y cómodo, escuchaba el parloteo de las aves y como se mecían las hojas de los árboles de la entrada de su mansión, el aire soplando con calma a las bellas rosas, sus bellas rosas, lo único que lo mantenía cuerdo y le hacía sentir acompañado, amaba a aquellas rosas tan rojas, tan grandes y en gran florecimiento en su jardín.
Tan calmo se notaba el de figura delgada hasta que el sentimiento le golpeó, tenía hambre.
Mucha hambre que sentía poder devorar en nada un escuadrón de hombres o mujeres sinceramente a eso no le tenía cuidado pero quería comer, deseaba clavar sus largos colmillos en el cuello de alguien no le importaba en lo más mínimo quien pero deseaba sentir y experimentar tal tranquilidad para sasiar su necesidad.
Clavó sus dedos en el sofá dejando ver los huesos de sus manos más marcados. Abrió los ojos de golpe notándose estos rojos, tan oscuros y carmesís.
Antes que tocaran la puerta sintió ese aroma tan codiciado para su nariz y su garganta, ese aroma y esa presencia que lo volvían loco, desquiciado y absolutamente su esclavo total porque dependía tanto de su sangre y de su escencia humana, dando una gran bocanada de aire sintió su lengua picar y sus blancos colmillos salir dispuestos a clavarse en lo primero que vieran media vez fuese carne. Sin esperar que la puerta fuera llamada, habló.
-Pasa...
Sentía algo quemarle por dentro al saber quien era, la manija se giró y detrás de la puerta blanquecina se logró ver una cabellera rubia casi blanca junto a unos curiosos e inocentes ojitos apenas asomarse por ella.
-Ah, Yeonjun... ¿Tienes hambre?-apenas soltó.
Que maravilla.
Sabía a la perfección cuando sufría en agonía por él. Sonriente volteó hacia la entrada dándole una mirada dulce a pesar de tener la mirada sedienta y completamente oscura.
-La tengo.
Asintiendo sonrió-Bien, aammm... iré a servirle a-ah, servirte algo en una copa.
Volvió a escabullirse dispuesto a cerrar la puerta.
-E-espera.
La puerta se detuvo dejándola entreabierta.
-Pasa un momento.
Dudoso lo pensó por un rato pero decidió hacerle caso cuando notó como le costaba recomponer su postura en el sofá de su habitación.
Entró dejando ver su hermoso atuendo, esa camisa de seda negra dejando ver un poco sus clavículas, pantalones formales del mismo color acompañado con unos botines blancos puntiagudos.
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𝘽𝙡𝙤𝙤𝙙𝙮 𝙅𝙤𝙗。*||ˢᵒᵒʲᵘⁿ
Fanfiction。˚♡ Para sustentarse Yeonjun debía tomar sangre y la caza estaba prohibida por la antigua/nueva sociedad coreana que los humanos habían construído, con el acuerdo mutuo de no ingerir sangre a tal punto de matar a la persona se creó el "Bloody job" e...