Sarvente, una joven monja, se esfuerza día tras día intentado que la gente se una a su religión. Es muy querida en la comunidad gracias a su carisma y entusiasmo por hacer las cosas, lo cual a su vez le ayuda en su trabajo. Un día como cualquier otr...
{Eran exactamente las siete de la madrugada cuando sonó el reloj despertador. Aunque a Sarvente no le gustaba levantarse temprano, no tenía de otra. Ese domingo estaría toda la mañana en la iglesia, ayudando en diferentes ámbitos.}
{La chica se levanta de la cama (no sin antes dar un gran bostezo) y apaga la alarma. Su vestimenta consistía en un conjunto para dormir color rosa pastel. Además, llevaba el pelo suelto (que era de un color muy parecido al pijama). Sale de su dormitorio y recorre el apartamento en dirección al baño. En la sala, las paredes eran color lila y habían algunos cuadros repartidos por la habitación. En uno de ellos se podía ver a ella y Ruv juntos, éste último exhibiendo una pequeña sonrisa. Al lado colgaba un pequeño crucifijo.}
{En cuanto Sarv llega al baño, lo primero que hace es mirarse al espejo. Luego de unos segundos, sonrió a su reflejo. Tenia la certeza de que aquel sería un gran día.}
(P.O.V. que no es realmente P.O.V. : BF/Keith)
{A diferencia de Sarv, el peli azul no era tan madrugador. Se encontraba durmiendo con la boca abierta y en una posición en la que parecía que se había caído de un séptimo piso. Aún así, descansaba plácidamente... hasta que alguien lo zarandeó.}
¿?: Hey... ¡hey! ¡hermano, despierta!
Keith: ...¿Biip? *aún sin abrir los ojos*
¿?: Sí, ya sé que son las cinco de la mañana, pero por alguna razón mamá ha decidido que era la hora "idónea" para el desayuno.
Keith: Bop bip skere...
¿?: ¡Oye, a mi no me eches la culpa! ¡ella fue la que me pidió que te despertara! pss... bueno, te veo allá *se va del cuarto*
{El joven, solo en su habitación, se frota los ojos durante un rato hasta que consigue mantenerlos abiertos. Las paredes en su dormitorio eran de un azul pastel, como si trataran de imitar el color del pálido cielo que se veía a través de la ventana cerrada. Todo estaba desorganizado, aunque tampoco se podía considerar un desastre. Habían varios estantes (uno repleto de trofeos, al parecer provenientes de competencias relacionadas al canto), y un gran poster mitad blanco y negro pegado a la pared. El pequeño rapero se desperezó, bajó de su cama de un brinco y salió al encuentro con el resto de su familia.}
{En la sala, que era donde se encontraba la mesa en la que comían, ya estaba su hermana con el desayuno. Era más alta que su hermano, pero no llegaba al nivel de Sarvente (aunque por muy poquito). Ambos poseían el mismo cabello azul cian, solo que el de ella era un poco más claro, mucho más largo y tenía dos coletas sujetas con bandas cuadradas de color rosa. Su atuendo era el de todos los días: mangas negras con ribetes[1] cian, un traje sin mangas con una corbata del mismo color de los ribetes y una falda color negro con unas líneas cian al final.}
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