Emma
Desperté por el sol que se asomaba por la ventana, me costó un par de minutos despertarme por completo y descubrir que estaba en un lugar desconocido. Tenía ropa, así que estaba segura que no había hecho nada, pero no era mía.
Luego de pensarlo fui a recorrer la casa, se me hicieron conocidas algunas cosas pero no lo relacioné con nadie, hasta que lo vi en la cocina, preparando el desayuno para los dos.
-buen día- me saludó con una sonrisa- ¿Qué queres? Tengo café, té, jugo, agua lo que quieras-.
-emmm hola, con un café me conformo- respondí.
- ya te lo hago, hay pastillas en el segundo cajón, para el dolor de cabeza-.
-gracias-.
-en media hora tenemos que salir para el colegio, si queres te podes bañar y desayunamos en mi auto, ¿te parece?- preguntó todavía medio dormido.
-si... ¿Qué pasó ayer?- le pregunté con incomodidad.
-te saqué de la fiesta, había un chico que trató de aprovecharse de vos y no quería que tus papás te vieran así entonces te traje a mi casa, ¿Hice bien?- me dijo avergonzado.
-si si, muchas gracias, mis padres piensan que dejé el alcohol y las drogas hace tiempo, no quería que me vieran así- le contesté.
Luego de eso fui a bañarme, me cambié con la ropa que Theo me había separado, aunque hayan pasado 10 años pudo notar mi nuevo estilo. Cuando terminé de arreglarme fui hacia la cocina y me estaba esperando con un café en un vaso térmico para llevarmelo.
-¿Vamos?- me preguntó él.
-si-.
El viaje estuvo lindo, nos pusimos al día, le conté las cosas que habían pasado y él me contó sobre sus nuevos amigos, sentí que éramos los mismo niños que hablaban todo el día y no se separaban nunca, hasta que llegamos. Ahí me estaba esperando Matheo con sus amigos, y digo sus porque no me caen bien, solo estoy junto a Matheo porque Addison y Scott ya no me hablan, me porté como una estúpida con ellos. Pero no voy a demostrar que yo me equivoqué, tengo demasiado orgullo.
- Bueno... gracias por haberme traído- dije amablemente - la pasé bien.
- Es un placer para mi - respondió con esa sonrisa que tanto amo.
No no, no la amo, amaba, tiempo pasado, si eso.
Salí muy rápido del auto, demasiado en realidad. Al lado de la puerta principal Matheo me estaba esperando.
- ¿Qué hacías en el auto del nuevo? - me preguntó en un tono no muy lindo.
- Solo me trajo, no le prestes atención a eso-.
- Espero que solo sea eso, no quiero volverte a ver con ese - ahora amenazante.
- Si si, como digas - y no le di importancia.
El día pasó como cualquier otro, habían chicos nuevos, los de primer año nerviosos desde los pies hasta la cabeza. No pude ver en todo el día a Theo, por un lado mejor, así no habían problemas con Matheo, pero por otro si quería verlo. Al fin y al cabo somos vecinos y cuando éramos chicos nos divertíamos.
Al terminar el día me despedí de Matheo y sus amigos, por suerte había terminado el día, no los soportaba más. Camino a casa me encontré con Theo, el iba en su auto y me di cuenta que estaba con Addi y Scott, viéndolos reír a carcajadas me di cuenta lo mucho q los extrañaba. Y como si Theo leyera mentes me habla.
- Emma, estábamos por ir a mí casa - me dijo carismático como siempre - ¿Querés venir? -.
Addi y Scott lo miraron con una expresión confundida.
- Los chicos no tienen ningún problema, ¿Verdad?- les preguntó.
- No, no pasa nada - terminó diciendo Addi.
Theo me hizo una seña para q entrase en el auto. Me senté en la parte trasera, con Addi. Me costó demasiado haberla dejado, pero no quería hacerle más daño. Era mí mejor amiga, la amaba, pero no creo que podamos volver a ser lo mismo.
El viaje, sorprendentemente, no fue incómodo, ellos contaban tantas cosas, se reían y yo lo hacía con ellos, no la pasaba tan bien hace tanto tiempo.
Luego de un par de minutos llegamos a la casa de Theo.
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Él me salvó
Teen FictionEmma y Theo eran vecinos, y sobre todo amigos, cuando eran pequeños, pero todo cambió cuando Theo se mudó a otro país. 10 años después Theo regresa a su hogar, con la esperanza de reencontrarse con Emma, pero ella ya no era igual. Emma escondía...