Séptima victima.

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La casa estaba completamente vacía, no había ni una sola alma ahí dentro o eso pensó Minho cuando llegó y no vió a nadie, ni escucho ningún ruido. Dejó sus cosas a un costado y se fue a cocinar algo, moría de hambre.

En el refrigerador no habían tantas cosas, debían ir a comprar más comida, así que tuvo que hacerse algo con lo que había pero para su suerte es él el que va a cocinar y no los demás, podía sacar un platillo fácilmente.

Se lavo las manos, se puso un delantal  y se puso manos a la obra.

...

Jisung dormía placenteramente hasta que un rico aroma a carne asada inundó sus fosas nasales haciendo rugir su pancita por lo qué con toda curiosidad por saber quien estaba preparando aquel delicioso platillo -aunque una idea se venía a su mente- y hambre se levantó.

Cuando llegó a la cocina sus ojos presenciaron la mejor escena del mundo. Minho tenía puesto el delantal celeste pastel con un gatito en el centro que Felix suele usar cuando hornea, mientras tenía la sartén en la mano y saltaba las verduras, y bailaba muy animadamente una canción. Era una escena que quería presenciar todos los días de su vida.

Se quedó ahí parado mirando la escena con una sonrisa tonta en su cara, hasta que Minho se dio cuenta de su presencia, no sabían quien de los dos estaba más rojo.

—¿Cuando llegaste? —pregunto Minho tratando de ocultar su sonrojo.

—Y-yo e-estaba aquí. —respondió Jisung en la misma situación que él.

—¿Donde estabas? —volvió a preguntar— no te ví cuando llegué.

—¿Estaba durmiendo...? —dijo mirando su pijama, Minho asintió sintiéndose un tonto por haber preguntado eso.

Se quedaron callados por unos segundos, ninguno sabía que decir, hasta que Jisung rompió el silencio.

—¿Que estas cocinando? —se acercó a él mirando lo que tenía en las sartenes.

—Carne con vegetales. —respondió tratando de sonar frío.

—Se ve delicioso. —miro la carne con deseo, su pancita volvió a rugir al sentir el delicioso aroma de cerca.

—Mmm.

—Y-yo este, ¿puedo comer contigo? —Minho lo pensó unos segundos, decirle que si significaba ellos dos comiendo solos en un incómodo silencio pero si le decía que no se sentiría mal toda la semana y la culpa no lo dejaría en paz, no pudo pensarlo más debido a que el rugido proveniente de la pancita de Jisung lo sacó de sus pensamientos.

—Si. —respondió sin mirarlo.

—Pondré la mesa. —dijo con una sonrisa.

Después de que Jisung terminara de poner la mesa, Minho llevó la comida y algo para tomar, y se dispusieron a comer -en silencio-

Estuvieron en silencio por unos minutos pero Minho notó que Jisung siempre amagaba con hablarle pero no lo hacía.

—¿Quieres decirme algo? —pregunto dejando los cubiertos sobre el plato para mirarlo.

—S-si d-digo no. —se golpeó mentalmente por tartamudear.

—Dime, Jisung.

—¿Hice algo mal?

La pregunta lo había tomado por sorpresa.

—No, claro que no. ¿Por qué lo preguntas?

—Siento que tienes un trato diferente conmigo. —su voz sonaba apagada, le dolió hasta en lo más profundo.

𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘌𝘹𝘱𝘰𝘯𝘦 𝘈 𝘚𝘵𝘳𝘢𝘺 𝘒𝘪𝘥𝘴.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora