Elana
—¡vamos Ela, es un ratito!—mi mejor amiga es totalmente irritable.
—ya dije que no. —me volví a negar por centésima vez.
Hace una semana descubrió que harán una fiesta al norte de la ciudad, donde viven las personas que nadan en dinero. Es una fiesta para celebrar Halloween pero no incluye disfraces, pero si antifaces.
Es un evento de caridad por ende todos debemos pagar una cifra para entrar, aunque es realmente baja.
Realmente nunca he ido por esas zonas, antes de entrar hay varios guardias que nos exigen decir el motivo por el cual estamos ahí, o al menos eso dicen en el barrio, cuando hablan mal de todos ellos y los llaman ladrones mientras se quejan de los impuestos.
—al menos dime una razón válida para no ir—pide Lyssa—espera, no.—lo piensa mejor—mejor dime tres razones.
Yo ruedo los ojos y pongo mi mano al frente de su rostro, lista para enumerar.
—Uno, no conocemos el lugar exacto ni las personas que organizan. Dos, en la invitación se pide que vayamos de gala, y no dudo de tu capacidad pero ¿acaso sabes lo mucho que cuesta un vestido? No me contestes. —la corto al ver su confusión—Y tres, mi padre no me dejó, y él quiere lo mejor para mí, o sea, lo hace por un motivo. —intento que entienda.
—Tienes razón, no conocemos a nadie pero vamos juntas y no nos vamos a separar. —ruega ella.
—Eso no soluciona los demás problemas Ly. —niego cansada mientras me levanto y camino al rededor de su habitación, tocando todo sin cuidado alguno.
—sobre el vestido de gala, hay tiendas de ropa de segunda mano, y sé como se escucha pero se puede encontrar ropa muy linda y barata si buscas bien.
Me vuelvo hacia ella dejando los pendientes de Sol en su lugar.
—Claro que lo sé, ¿de dónde crees que salió tu regalo de navidad? —pregunto obvia y de inmediato me tapo la boca notando mi error.
Ella abre la boca de inmediato en una expresión de ¿incredulidad? O tal vez sorpresa o indignación.
—¿compraste esas blusas en una tienda así? —pregunta y yo asiento con miedo.
—si pero es que no tenía mucho dinero y prometo comprar... —antes de prometer lo que no iba a cumplir ella me interrumpió.
—¡debemos ir! ¿En donde queda? Tal vez podemos comprar los vestidos ahí. —chilló emocionada, yo carecía de esa emoción.
—¡quieta ahí, liendre! —pausé su emoción utilizando el apodo que ella odia. —Aun consiguiendo los vestidos, ¿se te olvidó que mi padre me dijo que no? Sé que a ti te da igual pero si hay una persona a la cual le tengo confianza es a él, y sé que lo hace por protegerme. Así que no, no puedo ir, él lo dijo por una razón. —digo, esperando sea la última palabra.
Es obvio que me equivoqué, mi mejor amiga es realmente irritable cuando quiere y si se propone algo ella es capaz de secuestrarme para conseguirlo. Luego de largos años aprendí como manejar su personalidad explosiva consiguiendo un poco de suerte, algunas veces.
—sé que es tu padre y que él te ama pero también sé que es humano y que no es perfecto, comete errores y si dejas que él maneje tu vida siempre solo por "protección" te vas a perder de todos los placeres de la vida. —explica Lyssa con las cejas arrugadas, esperando una respuesta.
—eso lo sé pero, ¿y si tiene razón? —vuelvo a preguntar sin mucha seguridad.
—como dijo mi buen amigo Julio César: "yo solo sé que no sé todo" —dice con una expresión de seriedad y sabiduría en la cara. —y si ese hombre sabio no sabía todo, tu padre tampoco.
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𝙴𝚄𝙽𝙾𝙸𝙰
RomanceLos secretos forman parte de nuestro vivir, y no importa su tamaño porque ellos siempre estarán allí. Nada es aburrido si pones atención...