𝙱𝚊𝚓𝚒 𝙺𝚎𝚒𝚜𝚞𝚔𝚎

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𝐄𝐬 𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐩𝐨 𝐝𝐞 𝐯𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 𝐪𝐮𝐞́

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𝐄𝐬 𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐩𝐨 𝐝𝐞 𝐯𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 𝐪𝐮𝐞́...

𝐍𝐨 𝐭𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐨𝐜𝐮𝐩𝐞𝐬, 𝐞𝐬𝐭𝐚́𝐬 𝐡𝐞𝐫𝐢𝐝𝐚𝐬 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐧 𝐧𝐚𝐝𝐚

Sabemos perfectamente que no debemos meternos en dónde no nos llaman, ¿Por qué? Según lo que nos han contado, "podemos meternos en problemas en el proceso", y ésto también aplica cuándo deseas ayudar a alguien

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Sabemos perfectamente que no debemos meternos en dónde no nos llaman, ¿Por qué? Según lo que nos han contado, "podemos meternos en problemas en el proceso", y ésto también aplica cuándo deseas ayudar a alguien.

Viejas ideas llenas de miedo, en dónde creer que ayudar te perjudicará, y ésto no era nada nuevo para la femenina.

Ese chico de cabello azabache siempre pasaba frente a su casa con múltiples golpees o rara la vez con apenas un rasguñó, el noble corazón de la chica le exigía salir a ayudar a ese jóven que era su vecino, pero sus padres le impedían salir a ayudar a un pandillero.

—Si no fuera por Mikey, me habrían dado una paliza —reprocho molestó pateando con fuerza una piedra que se atravesó en su camino. No estaba molestó de ser ayudado por su amigo, su molestia era más por no poder defenderse tan bien cómo el.

Una carga se sentía el.

—¡Oye tú! —grito desde su ventana llamando la atención del azabache, quién la miró curioso—. ¡No te muevas, en un momento bajó! ¿¡Ok!?.

La chica desapareció del campo de visión de Baji, quién estaba confundido por aquella "orden".

«¿Habré dañado algún objeto suyo?, ¿O era su gato el que adopté hace tres días?» pensaba esperando un poco nervioso a la chica que se demoraba en salir de esa enorme casa blanca.

Pasaron aproximadamente quince minutos, cuándo salió la femenina con un botiquín de color morado, Baji observó por un momento confundido a la contraria, pero su mirada cambio tan rápido cuándo su mano fué atrapada por ella, llevándoselo a un lugar desconocido.

—¡Oye! ¿¡A dónde vamos!? —pregunto siguiéndole el paso a la chica, quién corría a una dirección desconocida para él.

—Te voy a curar, pero mis padres no deben verte —contesto simple.

Ambos pararon su correr en un jardín no muy lejos de la casa de la chica, Baji no apartaba su mirada confundida ante el comportamiento de la femenina. Por su parte, ella no dijo ni una sola palabra concentrándose en curar las heridas del chico lo más pronto posible, no quería que sus padres se dieran cuenta que el botiquín había desaparecido junto con ella.

—¿Por qué quieres curar mis heridas? —pregunto mirando como la chica preparaba curitas, alcohol y agua oxigenada para él—. Ni siquiera me conocés. ¿No te enseñaron a no ayudar a quién sea? Puedo ser un secuestrador.

—Hm... Dudo que un niño tan débil sea un secuestrador —dijo antes de vertir un poco de alcohol en las heridas más profundas, logrando que el azabache se quejara.

—¡¡¡Auch!!! ¡Oye, se más amable, no soy un animal!

—En eso tienes razón, los animales son agradecidos a quien los cura y no les grita —el contrario guardó silencio mirando a otra parte avergonzado, la chica siguió con lo suyo siendo más delicada en cuanto ponía el alcohol—. Sabes, me recuerdas a un gato herido.

—¿Por qué a un gato herido?

—Bueno, no lo sé en realidad. Pero lo que si sé, es que cómo a un gato herido, yo deseó ayudarte. Verte con esas heridas a diario me causa tristeza y no se porque.

—... Eres una acosadora entonces —soltó una leve sonrisa en ver la molestia en el rostro de la chica—. Pero agradezco tu ayuda, aunque estás heridas no son nada. No debes preocuparte.

—Ok, terminé —se levantó quedando cara a cara con Baji colocándole un curita de color amarillo—. Puede que estás heridas no son nada, pero piensa en las personas que les importas. Yo, siendo una desconocida me preocupa, piensa en tus seres queridos —suspiro observando la cara del contrario levemente arrugada—. Toma —extendió una paleta siendo recibida con éxito por él—. Cuándo tengas heridas, ven conmigo, yo te ayudaré a curarlas... Hm... ¿Disculpa, cuál es tu nombre?

—Baji, Baji Keisuke.

—Bien, Baji. Nos vemos luego, o bueno, pronto conociéndote —se alejó sonriente dejando detrás a un confundido y nervioso chico.

Desde ése día, Baji todos los días iba a casa de la chica a qué le curará sus heridas recibiendo curitas "de niñas", siendo la burla al día siguiente de sus amigos.

Pero qué importa, él tenía a una chica que se preocupaba por él y ellos no.

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𝙸𝚜 𝚝𝚑𝚎 𝚝𝚢𝚙𝚎 | 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚁𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora