Capítulo 3: Nueva Familia.

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- Lo preguntaré una última vez. ¿Están completamente seguros de querer adoptarlo? - pregunta una abogada mientras se cruza de piernas esperando una respuesta por parte de los presentes en su sala.

- Si, estamos seguros - afirma una mujer embarazada junto a su esposo.

La señora soltó un suspiro. - Cómo parecen ser buenas personas les explicaré algunas cosas sobre él. - Dijo La señora sacando un expediente lleno de papeles y la foto de un chico. - Las últimas dos familias qué intentaron llevárselo se quejaron de su mala conducta y reportaron qué se escapaba con frecuencia de casa. Sus actitudes son más bien apáticas y tiende a no involucrarse en las conversaciones o actividades que se desarrollan en su entorno. Para ponerlo en palabras simples... Es como si tuvieran un zombie. - explicó aquella señora. - No les aseguro qué vaya a ser distinto con ustedes, es por eso qué consideré mejor advertirles antes de qué se lo lleven. Ahora, con todo esto qué les dije, ¿Siguen queriendo llevárselo? - preguntó aquella mujer de avanzada edad.

La pareja se miró y con una sonrisa asintieron. Tras un par de horas los papeles fueron firmados y todo estaba en regla para qué la pareja se llevara al niño.

La mujer los acompañó hasta la sala de juegos dónde se encontraban el resto de los niños. Nada más abrir la puerta los infantes se abalanzaron sobre ellos como si de una avalancha se tratase. Por suerte se dieron cuenta a tiempo de qué la mujer estaba embarazada y detuvieron su paso. Todos se acercaron y comenzaron a hablar emotivamente con la pareja. Pareciera qué realmente tuvieran interés en ellos pero la verdad era qué estaban haciendo todo lo posible y más para poder ser adoptados por ellos, ya qué, hace tiempo no venía una pareja por el orfanato.

A pesar de la enorme felicidad y energía que tenían los niños a su alrededor, la pareja seguía buscando a uno en particular, por desgracia no se encontraba junto al resto de los niños. Tras buscarlo con la vista lo encontraron, estaba sentado junto a la ventana mientras veía el exterior con una cara de total indiferencia. Como si no le importara lo qué sucedía adentro ni afuera del orfanato.

La pareja se acercó a él junto a la trabajadora social.

- Ven a conocer a tu nueva familia - Dijo la trabajadora social.

El niño no respondió nada y sólo se giró. Con un tierno gesto agachó la cabeza y se giró hacía la ventana nuevamente.

- Oye, ¿no creés qué es una falta de respeto no presentarte? - preguntó la señora del orfanato.

- No hace falta... Seguramente me devuelvan aquí dentro de una semana... - expresó el niño indiferente.

- Nosotros no haremos eso. A menos qué tu quieras volver aquí - expresó el nuevo "padre" del joven. - Además... No creo qué tu hermana te deje irte tan fácilmente luego de verte -

Una última vez... (Horimiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora