los piratas y la manzana dorada

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En un barco, en el mar más peligroso, tenebroso y turbio de todos, las olas golpeaban la proa, la popa se hundía y volvía a elevarse, las velas eran bajadas por los piratas, quienes eran comandados por su capitana, ella daba órdenes por aquí y órdenes por allá - aten los cañones!!, Bajen las velas!!, Este clima no detendrá nuestra búsqueda!!- gritaba a todo pulmón, los piratas, apurados, corrían a hacer lo que se les ordenaba - ¡¡Tierra a la vista!!- grito el vigía, la capitana tomó su catalejo y lo coloco en su ojo, a lo lejos, una tenebrosa isla se veía, las palmeras estaban oscuras, las hojas secas, no había rastro de vida, los barcos anclados en las rocas demostraban que ese lugar era de temerse, los esqueletos en la arena de la playa no hacían más que pudrirse y causar escalofríos a quien los viera, pero a pesar de todo esto, la capitana sonrió orgullosa - ¡¡Tiren el ancla!!, ¡¡Bajen las balsas!!, Este día encontraremos ese tesoro oculto- los piratas hicieron rápidamente lo que pidieron y en menos de lo que gira un galeón, la capitana, junto con algunos piratas, estaban en una balsa rumbo a la orilla de la árida isla, los tiburones rondaban las aguas, los corales raspaban los bordes de las balsas, las olas sacudían frenéticamente el bote y los piratas remaban con sed insaciable de riquezas, al pisar tierra, las pocas gaviotas que ahí habitaban, salieron volando, un silencio escabroso se apropió del lugar y todos callaron, no se oía ni siquiera la respiración agitada de los piratas - bien, denme el mapa- dijo la capitana, alguien se lo dió, ella lo abrió, se hincó en la arena seca y lo extendió -bien, estamos exactamente aqui- dijo la capitana apuntando con sus sucias manos el arrugado mapa, en el, se veía toda la isla pero no había alguna X por ningún lugar, la capitana se levantó el sombrero y se rascó la frente -bien, no sabemos dónde buscar así que peinaremos la isla- todos comenzaron a sacar sus cuchillos y afiliarlos, en menos de media hora ya estaban listos - están todos listos débiles mortales!??!?- todos los piratas levantaron sus cuchillos y espadas en modo de afirmación -¡¡ANDANDO!!- Comenzaron a caminar, una distancia no tan larga separaba a cada uno de ellos, el miedo hacia que sus frentes sudaran pero su avaricia era más fuerte que el miedo, un grito se escuchó en el centro de la isla, todos se congelaron en su lugar, la tierra se sacudió, todos se voltearon a ver y caminaron lentamente a amontonarse, preparados para la lucha, siguieron avanzando lentamente, las hojas de los arbustos y palmeras comenzaron a tomar un color verde vivo, para la sorpresa de todos, al llegar al centro de la isla, había una cascada, sus alrededores eran verdes y vivos, había árboles frutales por todos lados, los piratas corrieron con la intención de meterse al rio -¡¡ALTO!!- grito la capitana - que nadie toque el agua- tomo un palo del suelo y lo sumergió en la orilla, la madera comenzó a deshacerse, la hermosa cascada llevaba aguas peligrosas, cualquier forma de vida que tocase ese hermoso rio, se llevaría una enorme sorpresa al enterarse que las aguas cristalinas, eran ácido calcinante - dame una de esas manzanas- le dijo la capitana a uno de los piratas el cual en cuanto vio el árbol, comenzó a cortarlas, la capitana tomó su navaja y partió la manzana por la mitad, en cuanto la manzana estuvo dividida, comenzó a tornarse color café oscuro, después se deshizo en la mano de la capitana como si fuese arena -todos, cubran sus narices!!!- tomo un pañuelo y lo ató de manera que cubriera la mitad de su cara, cuando todos cubrieron sus narices el verde comenzó a tornarse café, las aguas cristalinas comenzaron a verse negras y una niebla se apoderó de aquel paraíso, todo era horroroso, los verdes árboles no eran más que secos trozos de madera, las manzanas eran unas extrañas pelotas de arena negra de la cima de la cascada bajó algo, nadie podía ver bien por la niebla, se iba acercando cada vez más a la capitana, era una chica, una hermosa mujer vestida de negro - a quien tenemos aquí?- dijo la bella dama - soy la capitana de esta tripulación, me conocen como la capitana corazón de oro, ante quien me estoy presentando?- dijo la capitana admirando la belleza de esa extraña - soy Lilith, la segunda mujer que acompañó a Adán en el paraíso, están en el lugar que vio nacer a la humanidad, ahora, me tienta saber que tú fuiste quien descubrió el secreto de esta isla, como fue posible?- dijo Lilith intrigada - fue fácil adivinarlo, en la orilla de la isla el aroma salado del mar abundaba, conforme nos adentrabamos un olor dulce inundaba mis fosas nasales- explicó corazón de oro a Lilith - bien hecho pequeña valiente, ahora, ¿como te diste cuenta de que el agua no era segura?- Lilith se cruzó de brazos y levanto la ceja hacia la capitana -igual de fácil, no había ruido, la cascada caía pero el silencio abundaba- sonrió orgullosa de su sabiduría, Lilith solo se molestó - ¿Y como descubriste lo de las manzanas?- pregunto un poco exaltada - fue simple casualidad, si el aire y el agua eran venenosos, la comida también debería serlo- Lilith caminó alrededor de la capitana, curiosa, esa sabiduría no era común en un simple mortal -bien, averiguaste mis tres defensas para que nadie encuentre mi tesoro, entra a la cueva y toma lo que te pertenece- levantó su mano hacia la cascada de ácido, esta se dividió dejando ver una cueva llena de tesoros, un puente de piedras se levantó de orilla a orilla del lago, algunos piratas amenazaron con avanzar - alto!, Voy yo sola- dijo la capitana con un semblante sombrío -pero capitana...- ella lo callo antes de que dijera más - silencio!, He dicho algo y quiero que obedezcan- el pirata solo asintió y dió un paso hacia atrás, la capitana comenzó a avanzar por el puente de piedra, avanzaba lentamente, al llegar a la entrada de la cueva, dió un vistazo, se dió la vuelta y grito - ¡¡Aquí no hay nada que me pertenezca!!- todos los piratas se sorprendieron pero no dijeron nada, Lilith sonrió, descubrió su último truco, apareció delante de la capitana - tienes razón, este tesoro es mío, aquí no hay nada tuyo pero descubriste mi último truco, ganaste todo esto - las joyas, el oro y todas las cosas valiosas desaparecieron de la cueva, la niebla comenzó a ser más espesa, los piratas comenzaron a caer dormidos en la arena. Al despertar, todos estaban en el piso del barco, encima de todas las joyas y el oro, la capitana se levantó - bien hecho muchachos, zarpamos de vuelta a casa!!!- todos los piratas gritaron de alegría y agradecieron a la capitana, sus vidas mejorarían gracias a la inteligencia de su capitana, corazón de oro.

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