CAPITULO 6

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Cuando lo vio que estaba de rodillas, tan vulnerable con los ojos llorosos y temblando, LuHan tuvo mucho miedo y se arrepintió de haberse dejado ver por primera vez ante SeHun después de haber desaparecido.

¿Qué te hice?

¿Qué me hicieron?

¿Qué nos hicieron?

¿Qué hicimos?

Eso... ¿qué hicimos para que él nos hiciera esto?

¿Qué nos hicieron?

Su quebrada voz le decía todas las inseguridades que se habían sembrado en SeHun durante todo este tiempo.

Ámame hoy, ódiame mañana. Pensó LuHan, vio el piso borroso a causa de las lágrimas, sintió como él también estaba temblando a causa del llanto.

Cuando sus miradas chocaron, su pupila se dilato, un pequeño punto blanco de luz iluminaba sus ojos, y sintió que estaba en el cielo hipnotizado mientras se dedicaba a ver esa mirada que lo volvía loco. La mirada de SeHun seguía siendo la misma a pesar de todo, la misma mirada dulce que lo derretía, que lo embobaba, y que lo hacía sentir como si él fuera lo único que importara en el mundo. Había extrañado mucho poder verla.

El corazón de LuHan dio un brinco cuando la mano cálida se posó en su mejilla. Cerró sus ojos sintiendo las gotas derramarse por sus mejillas, pero la sensación que había en su corazón lo reconfortaba, sentía oxidados ese tipo de latidos que había dejado de sentir desde que lo privaron de su libertad. La mano de SeHun se amoldaba tan a la perfección a su mejilla, que podía sentir miedo, pero ya no había espacio para aquello, porque sólo había amor, anhelo, y mucha emoción. Las lágrimas seguían cayendo, no lo podía evitar, SeHun con su pulgar lo acarició y limpió aquello que se escapaba de sus ojos.

Y al ver como SeHun suspiraba con sus miradas conectadas volvió a la vida.

Literalmente volvió a la vida después de más de dos años. Por fin sentía que respiraba aire puro, al fin sentía que no había algo asfixiándolo. Por fin ya no tenía miedo.

SeHun no entendía. En su cabeza se formularon muchas preguntas, pero era consciente que no era momento para hacerlas, es más, las preguntas no podían caber en esa habitación en esos precisos momentos. No cuando sus pensamientos caían en lo hermoso que era LuHan, en lo maravilloso que era tocar sus mejillas, en cuantas ganas de hacerle el amor, en que estaba vivo.

No podía creerlo, y eso que sus manos acariciaban esas mejillas que muchas veces beso.

Había una cosa que siempre adoraba hacer, siempre le fascinaba chocar sus frentes, cerrar los ojos, y bajar su mano al cuello, sentir como su vena latía al ritmo de su corazón, porque cuando estaban así, el corazón de LuHan se aceleraba al por mayor, y eso alegraba a SeHun. Le demostraba cuanto lo amaba.

—Eres tú, mi amor —dijo con voz entre cortada.

LuHan sabía perfectamente que era lo que seguía, y mirar a SeHun derramar lágrimas era lo que más odiaba. Se culpaba y se recriminaba por eso, pero no le habían dejado opción.

Lo siguiente que sintió fueron los cálidos labios de SeHun sobre los suyos una vez más y joder, el primer beso no lo había disfrutado como debía por ser eso que necesitaban para enfocarse en la realidad, pero este... sus labios sabían igual. Y no comprendían que pecado habían cometido para que lo alejaran de eso.

Sus manos abrazaron el cuello del más alto y este lo apego a sus caderas rodeándolo con aquellos brazos que extraño durante mucho tiempo.

Estaba volando en los brazos correctos, besando a la persona correcta.

INDEFINIDO || HUNHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora