죽을만큼 사랑해요 살려주세요 ⤵
( Te amo hasta morir, por favor sálvame.)
T r a m a:
Dos estudiantes asiáticos se conocen por una red social, para luego, cuando van a verse en persona, se dan cuenta de que están en dos realidades distintas conectados a través de...
- ¿Otra vez te has pasado la noche en vela Daehyun?
Sentado en su pupitre y con el teléfono entre sus manos, el chico alzó la vista, recibiendo un fruncimiento de ceño por parte de su amigo Jian. Se veía bastante más radiante que de costumbre.
- A ti te ha pasado algo bueno, ¿no?
Dae asintió de forma efusiva, viendo como su amigo rodaba lentamente los ojos. Al no recibir más respuesta que esa, y oyendo el sonido del typeo en el teléfono del ajeno, acercó una mano al dispositivo como si de un proyectil se tratase, y le arrebató el mismo.
Embobado, Dae miró sus manos vacías con una leve sonrisa, antes de mover sus dedos y darse cuenta de que su teléfono ya no estaba, y que Jian ya había husmeado en más de la mitad de su conversación. Se incorporó con una cara de ofensa, y sus labios abiertos, tratando de quitarle lo que era suyo, pero Jian era demasiado escurridizo, y pasaba entre sus brazos, o alzaba el teléfono para que el otro no pudiera alcanzarlo.
- Así que, Taeyang, ¿no? - cuanto más crecía la sonrisa del burlón amigo de Dae, más se formaba un ceño fruncido en el rostro del mismo, al igual que un sonrojo que subió hasta sus orejas, tanto de enfado como de vergüenza.
Algunas chicas miraron a ambos, esperaban un nombre de mujer por parte de los labios de Jian, pero lo que recibieron fue todo lo contrario. Y dado que Daehyun era el "hombre perfecto" a ojos de muchas de las chicas de clase, claramente no les hizo ninguna gracia.
- Devuélveme el móvil.
- No, Jian, dámelo a mí - Jiyu, una de las encargadas de la clase se acercó a ellos. Jian arqueó una ceja de forma lenta, observando a su cabizbajo amigo.
- ¿A ti qué te voy a dar? ¿Eres tonta? Este es un asunto de hombres. De-hom-bres - sabía que Jiyu llevaba tiempo detrás de su Dae. Lo que menos iba a permitir es que tuviera un as para jugar en contra del mismo.
Vio enrojecer a la chica, y una mano se alzó hacia la mejilla de Jian, siendo frenada por el agarre de su amigo, quien se colocó en el lateral de su colega.
- No tienes por qué saber lo que hay en mi teléfono. Jian es mi amigo, tú no.
-...¿Eh? - esa fue la contestación al suceso del "usurpa móviles" que vio cómo los dígitos de su compañero retomaban su pertenencia.
Después de aquello, el profesor entró en la clase, viendo cómo los tres alumnos retomaban su asiento. Tras un rato, empezó a recibir proyectiles de papel de Jian, con preguntas un tanto controversiales.
«¿Te gusta?» «¿Has pensado ya en conocerle?» «¿Cuántos años tiene?»
- ¡Señorito Jian! - el profesor alzó la voz, con lo que el mencionado se puso en pie, de forma rápida.
- ¡Ah! ¡Sí!
- ¿Puede continuar la lectura?
- Eso está hecho, profe - tan informal como siempre, recibiendo un gesto de enfado por parte del docente, que le hizo sonreír por los nervios.
Miró el libro, entrecerrando los ojos, perdido entre aquellas letras como en el laberinto de un minotauro; tomó aire y se encogió de hombros.
- Bueno, mira. La verdad es que ni idea.
La clase se llenó de risas de los alumnos, que observaban a su compañero con cierta diversión. Dae también sonrió. Era una pequeña venganza por el anterior acto de robo; el profesor acabó echándolo de clase. En la hora del almuerzo pudieron verse de nuevo, Jian fue corriendo a buscarlo al recreo, sonriendo amplio.
- ¿Entonces?
- Jian, déjame tranquilo - lo empujó un poco, aunque con una sonrisa en los labios.
- ¿Por eso dormías tan mal, por él?
- ¿Qué? ¡No! Lo conocí esta noche, ¿vale? Deja ya de cuestionarme.
- Bueno, vale.
Reinó el silencio unos segundos, caminando con su amigo hasta encontrar un sitio cómodo donde poder almorzar; Jian tomó aire y siguió con aquella sarta de preguntas.
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