El Rey de los Mortales

Capítulo 5 El entrenamiento del equipo

Yo me estaba preparando para enfrentar al criminal más peligroso del mundo, el terrorífico Mafius y sus subordinados .Para mejorar decidí apuntarme en un gimnasio, en este mismo también entrenaban Rubén, Sergio y David. Este último es ese mismo al que le hice la promesa que no fui capaz de cumplir. David era bastante bueno en los deportes y le pedí que exclusivamente me ayudase a entrenar mi resistencia, para así poder aguantar más tiempo utilizando mi Blood Accelerate y no quedarme exhausto tan pronto en un combate. A esto le combinábamos las clases de taekwondo con Javier y Carlos, más la hora y media de Masetsu práctico a la semana que yo dedicaba para entrenar junto a Carlos.

Con David entrené un total de doce horas por semanas, más o menos calcularía que estuvimos un total de doscientas horas únicamente para aumentar mi resistencia.

Después del entrenamiento me había convertido en una persona con una resistencia nunca antes vista, el esfuerzo ímprobo había merecido totalmente la pena.

Podía aguantar con mi Aceleración Sanguínea combatiendo durante unos cinco minutos seguidos sin agotarme, cosa que antes duraba un minuto de reloj y motivo por el cual podía llegar a perder una batalla si me descuidaba. Por si eso fuera poco en una de las clases de taekwondo obtuve la voluntad observadora, que combinada con mi técnica de aumento del ritmo cardiaco me concedía un estilo de batalla basado completamente en la descuidada ofensiva. No contaba con una gran resistencia pero gracias a la voluntad observadora y a mi gran velocidad era capaz de esquivar los golpes que cualquier oponente tratase de darme. Mi principal estrategia era acabar con mi oponente lo antes posible para evitar recibir cualquier tipo de daño y terminar siendo derrotado a causa de ese mismo impacto.

Carles, por otra parte decidió entrenar su voluntad para así poder vencer a Mafius con mayor facilidad, este ya podía realizar una técnica la cual consistía en el frotamiento de brazos para así asestar un ataque más poderoso que su increíble y fabuloso Green fire punch, este se trataba de su Golden fire punch o Puñetazo del Dorado Fuego. También había obtenido la voluntad observadora con la cual él podía predecir los próximos movimientos hechos por sus rivales. Carles también disponía de la última de aquellas tres voluntades y la más fuerte voluntad entre estas, la que era conocida por mi como la definitiva, esta era la voluntad heredada, la cual había obtenido tras un largo entrenamiento, la cual había obtenido tras un largo entrenamiento, se dice que gracias a esto su habilidad despertó desde lo más hondo de su corazón

Por otra parte, Ismael, conocido también como Guerrero Sombra consiguió aumentar sus poderes de sombritsu, desconozco exactamente que poderes consiguió en ese entonces ya que yo no conocía ninguna de sus técnicas porque no lo había visto pelear yo mismo con ninguna de estas. Supongo que durante este período también aumentó su fuerza física.

Ana por otra parte no se dedicó a entrenar físicamente, nosotros nos pusimos a planear como acabaríamos con el líder mafioso. Nosotros gracias a un poder de Guerrero Sombra infiltraríamos a Carlos y a Javier como si fueran unos estudiantes más. Para así poder llegar allí. Durante el vuelo tendría que estar Ismael transformado en Eduardo, L Du no tenía ganas de ir al viaje pero le pedí que se apuntase y que a cambió le daría un diminuto porcentaje del dinero. L Du era un nombre táctico que le pusimos al joven Eduardo, L Du se lee como el Edu, nos gustaba mucho ese nombre y por eso decidimos llamarle así.

Guerrero Sombra solo era capaz de llevar a tres personas a la vez. Ana no se involucraría para nada en el ataque ya que Carles quería protegerla. Javier y Carlos estarían dentro de Guerrero Sombra durante el vuelo junto a Carles, por otra parte yo y Ana estaríamos fuera esperando para llegar.

Javier y Carlos mejoraron también bastante así que decidimos que si las cosas se torcían les llamaríamos, pero oficialmente no formaban parte de la alianza ya que no estuvieron en la cima de la montaña ese día.