Capítulo I

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Mediados de primavera del 2015

Evan, desatento, veía a través de la ventada del salón de su clase la lluvia incesante. En el piso del aula que estaba sobre el último piso de la escuela, caía una gota gorda cada veinte segundos –Evan lo cronometró–. Ya de mal humor por el clima, su cabello, víctima de la humedad, se encontraba más despeinado que lo usual, todos sus rulos enredados entre sí, y aquello no lo ayudaba a que estuviera de mejor humor.

Luca sentado al final del salón, y Evan en la primera fila. Mientras resolvía los ejercicios de la materia sintió su celular vibrar en su bolsillo. Revisó la nueva notificación, un mensaje de Luca "Sentate conmigo". Giró su cabeza y vio como Luca le hacía señas para que se acercara. Puso los ojos en blanco y cogió sus útiles como pudo y caminó hacia el final del aula.

Hicieron juntos los ejercicios, Luca respondería las últimas cuatro preguntas y Evan las primeras cinco. Luca acabó primero.

–Dame tu brazo –Dijo Luca.

Evan dudó, pero arremangó su buzo y lo colocó delante de su amigo.

Todo el cuerpo de Evan estaba cubierto por pecas y lunares. Luca disfrutaba unir los lunares y crear dibujos con ellos. La punta de la lapicera se deslizó con cuidado sobre su piel creando líneas entre ellas. Evan vio hacia los ojos de Luca que brillaban entusiasmado dibujando y sonrió para sí.

–¿Qué se supone que es eso? –Preguntó Evan cuando ya había acabado de trazar las líneas.

–Mi constelación, la de escorpio.

–Quería un dibujo como el del otro día, el del oso.

Luca realizó una mueca y tomó la lapicera nuevamente. Dibujó un ovalo con dos medios círculos en la cabeza, otro círculo más pequeño que sería el hocico, una nariz, una boca y dos ojitos.

–Listo.

–Gracias –Contestó feliz con una sonrisa.

Luca, atento a que no lo viera el profesor, agarró su celular y le tomó una foto al brazo dibujado de Evan.

Terminado el cuestionario que les había dado el profesor, Evan se puso de pie para volver a su asiento. La puerta se abrió y entró Esther, tarde. Ambos se vieron y ella le hizo una seña para que se volviera a sentar, pero él la miró sin entender.

–Dice que te sientes –Explicó Luca y jaló del brazo de Evan.

Esther caminó primero hasta el asiento donde acostumbraba a sentarse Evan solo y tomó su mochila. Fue al último asiento de la fila siguiente en la que se encontraban Evan y Luca, y le tendió sus cosas a Evan, y se sentó del lado de la ventana fría.

–¿Gracias? –Dijo Evan confundido.

Se sentó junto a ella, y ninguno intercambió palabra por el resto de las clases hasta que ella, en la última media hora apoyó su mejilla sobre el hombro de Evan.

–¿Tienes fotos de Rigoberto? –Le preguntó a él.

Evan asintió, le enseñó su celular, mostrándole fotos que había tomado de su viejo gato gris especialmente para ella.

Al lado de ellos se escuchaba a Luca y sus amigos gritando y discutiendo sobre temas que ninguno de los dos entendía. Esther vio el brazo descubierto de Evan con los dibujos y se asqueó, él cubrió su brazo.

A Evan lo confundía el odio descomunal que tanto Esther y Luca sentían el uno por el otro.

Esther llegó al colegio en septiembre de ese año y lo primero que dijo a todos sus compañeros fue "No me molesten", pero por alguna otra razón que desconocía, ella quería a Evan.

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⏰ Última actualización: Aug 23, 2021 ⏰

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