seis (2)

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Rocía algunas gotas de loción sobre su cuello, dando toquesitos suaves a la piel después del afeitado. El sutil aroma fresco impregna su ropa, su piel blanca y un poco el cuarto de baño, de pie Jisung frente al lavabo dando los últimos toques antes de salir.

Sería mentir si dijera que no está nervioso, pero no sabe por qué debería estarlo. Quizás se arregló demasiado para una ocasión informal, tal vez con una sudadera habría bastado pero ¿Qué se supone que se usa para salir de noche con una estudiante y su padre? Detalladamente, ¿Saldría con el señor Lee?

Oh, demonios...

Tan pronto la realidad le golpeó la cara, Jisung toma su teléfono y teclea a la velocidad de la luz una frase de auxilio para su hermano. Momentos más tarde y aún con el corazón desbocado, recibe la llamada que tiene tiene que aclarar sus dudas.

—¿Por qué recién me entero de esto? — detrás de Felix, en el ruido de fondo, se percibe el sonido a sala de emergencias y como este camina apresurado hacia un sitio más callado. —¡Vas a salir con un sexy papá!

—Lix, ni siquiera lo conoces... —Jisung se peina con los dedos, más nervioso de lo que debería.

—No tienes mal gusto, hermanito, así que doy por hecho que es sexy.

—¿Puedes por favor ayudarme?

—Oh sí, sí claro. — Han suspira del otro lado de la línea, su frente contra la puerta de la habitación. —Respondiendo tu pregunta, si cuenta como una cita.

Después de un largo suspiro que suena como un quejido, Han devuelve el teléfono a su oreja. —Estoy arruinado.

Felix truena la lengua un par de veces, seguramente moviendo su cabeza de un lado a otro, se imagina Sung. —No puedes rendirte sin dar batalla. ¡Estoy seguro que vas a cautivarlo! Tú sólo se bonito y ya, no te resulta difícil serlo.

Jisung se ríe suavemente, una media sonrisa en su rostro y sus dedos tamborileando un cajón a la altura de su hombro, aún recargado en el closet. —Gracias Lixie, deseame suerte.

—¡Usen condón! —El enfermero se suelta a reír con ganas, sabiendo que su hermano debe estar rojo de la vergüenza. —Ya, ya, suerte.

Y tras rodar los ojos y reírse porque Lix, no tienes remedio Han termina la llamada guardando el aparato en el bolsillo trasero de su pantalón. Se acomoda las mangas del suéter, sacude sus manos contra sus muslos y toma una bocanada de aire que deja salir con calma.

—Bien, no pasa nada, no es formal, seguiremos con nuestras vidas y-

El sonido del ringtone de su teléfono interrumpe su monólogo de autoayuda, haciendo al profesor pegar un saltito en su lugar. Se apresura a tomarlo y después de maniobrar varias veces para que no cayera al suelo, finalmente desliza el pulgar sobre el botón verde.

—¿Señor Han? — la ronca y grabe voz de Lee le acaricia los oídos, haciendo que el corazón le suba a la garganta y le fallen un poco las manos que sujetan el teléfono en su oído —Habla, uhm, soy el papá de Mia y yo, nosotros estamos en la calle que me indicó pero no encuentro su casa...

Jisung toma su cartera, sus llaves y cierra la puerta de su habitación a su espalda, caminando por los pasillos de su departamento aún con Minho hablando. Cuando abre la puerta, a dos casas de distancia hay un Pontiac negro que ya reconoce de memoria, con etiquetas de Hello Kitty en la puerta trasera. Por la ventana, asoma una pequeña niña de coletas, saludando emocionada.

—¡Señor Sung, holaaa!

Sí, ese definitivamente era el auto.

Jisung le sonríe a su alumna, saludando de vuelta con una mano. De pie frente a su departamento, puede ver como Minho sale del auto, vestido tan sobrio y sin perder la elegancia, detalle que le roba un suspiro al profesor, que agradece, esté lo suficientemente lejos para no ser escuchado.

•UN NOVIO PARA PAPÁ•━━☆゚minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora