La historia trata de un joven hechicero que, después de que el amor nunca llegó a su puerta, decide que la única manera de conseguir mujeres sería ir al infierno y formar un harem de chicas demonio. ¿lo logrará?...
Una vez que estaba dentro del infierno, parecía que en realidad estaba en una cueva con muchas piedras, y en el lugar en el que aparecí había unos esqueletos con cuernos que parecía que custodiaban el lugar, así que luché contra ambos y al chocar con la pared o una piedra grande, se hacían pedazos casi al instante. Si ese era el tipo de enemigos a los que me enfrentaría, pasar a través del infierno para conseguir mi harem de chicas demonio será muy fácil. Al llegar casi al final de la sala, había una hermosa chica de vestido de oficina color gris oscuro con una blusa roja y llevaba lentes. Al acercarme a ella, me dijo.
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- Bienvenido. Mi nombre es Pandemónica, y soy la encargada del Servicio al cliente del infierno. ¿En qué te puedo servir? -
No sé si estaba consciente de que estaría en mi harem de ahora en adelante, así que traté de ser amable con ella, así que le respondí educadamente.
- Más bien, me gustaría saber si puedo ayudarte yo en algo. ¿Te gustaría que te invite una taza de café con hotcakes rellenos de cajeta? -
- ¿En serio? Qué amable eres. Y por supuesto que me encantaría ese café. Después de todo, ya necesitaba algo de descanso. -
Bien, parece ser que he conseguido a mi primera chica demonio, y es muy linda, por cierto. En eso, me contó que ya sabía a lo que venía, y por eso aceptó unirse a mi harem, porque quería descansar finalmente, después de muchos años de trabajo.
En fin, al bajar al siguiente piso, Pandemónica me dijo que tenía que pasar a través del laberinto, porque eso era parte de la prueba para determinar si era digno o no de poder lograr mi objetivo, y ella no podía ayudarme. Eso no importaba porque tenía que probarme a mí mismo y a mis superiores aquí abajo que estoy a la altura de lograr mi gran sueño. Después de unos cuantos minutos atravesado el área eliminando esqueletos y pasando por zonas de piedras puntiagudas y afiladas, logré llegar con la siguiente chica demonio, que desprendía una enorme aura de lujuria, y apenas me vió, dijo, tras presentarse como Modeus.
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- No hables. Tú y yo. Hagámoslo aquí y ahora. -
Quizás ésta sea una parte de la prueba de ésta zona, así que tenía que estar a la altura, a pesar de que la oferta sea muy tentadora, así que contesté.
