13:45 Un frío invierno del dos de Diciembre. Cerca del instituto. Pensamientos de Alejandra.
Cuelgo. Ha vuelto a pasar. Mi padre se retrasa y no podrá venir a casa. Ni siquiera el conserje está a esta hora. Que pena que solo tengo 65 céntimos, con esto no podré comer nada decente. Si confiara más en mi y me diera las llaves no pasaría nada de esto. Tendré que quedarme por ahí hasta que sea hora de entrar al instituto. Me acercaré a algún supermercado para comprar algo asequible a mi bolsillo. Me acerco a una tienda, que no esta muy lejos y entro. No se ve muy lleno, pero para la hora que es hay bastante gente. Paso a la sección de comidas basura y observo diferentes tipos y precios.
- Disculpe, ¿Necesita ayuda? - Me habla un chico joven. Al parecer, tendrá unos 16 o 18 años. Es alto, musculado, con ojos azules, rubio y una gran sonrisa blanca, que inspira tranquilidad. No es mi tipo, pero tiene cierto atractivo. Me giro y sigo mirando a los paquetes.
- Perdone señorita, ¿Me ha escuchado? - Insiste y se acerca más hacia mi. Me quito los cascos y me vuelve hacer la misma pregunta del principio.
- Ay, no perdona. Ya me apaño sola. - Digo con cierta timidez. Noto calor en las mejillas. Seguramente me habré puesto roja. Me toco la cara con las dos manos, que están más frías y así bajo un poco la temperatura. No busco nada en concreto pero sigo mirando en el estante de enfrente. El dependiente se aproxima a mi y me dice con tono gracioso. En tono vendendor de tele tienda.
- Aquí tenemos unas deliciosas avellanas. Como puedes ver no cuesta mucho y son muy sanas. - termina giñándole el ojo y entregándomelo.
Lo cojo y compruebo que me llega. Miro la tabla de alimentación y efectivamente, ¡Me viene estupendamente!
- Muchas gracias, no hacia falta que te molestaras.
- No hay de que mujer. Para algo me pagan, jajaja.
Voy hacia la caja, lo tengo detrás siguiéndome. Me alcanza y me dice:
- Me llamo Joao. - Esboza una gran sonrisa y termina diciendo señalando una placa a la derecha de su pecho.- Mira lo pone aquí JO-A-O.
Tiene un cierto en canto. Sonrío, dejando ver mis brakets con sus comunes gomitas verde turquesa.
- Yo soy Alejandra. Y no, no tengo placa jajaja. - Digo con tono chistoso. Me mira a los ojos y también sonríe. Mete la mano en uno de sus bolsillos y saca una especie de pistola para poner precios. Mueve unas ruedecitas y me pega el adhesivo en la frente. Pongo los ojos bizco, mirando hacia arriba y lo cojo.
- Estoy segura de que valgo mucho más. - Digo con voz de diva.
- No es eso, tonta jajaja. Es mi número y así nos conocemos más, supongo que tendrás que volver a clase pronto y no podemos seguir hablando. - Miro el reloj y efectivamente quedan diez minutos para entrar a y veinticinco. Me tendre que dar prisa.
- Joao, ¿Ya estamos otra vez ligando con las clientes?, ¿Que te he dicho? - Dice, al parecer su jefe.
- Que me dedique a mi trabajo y que en mis horas libre ya conoceré chicas. - Dice imitando su voz y gesticulando mucho.
- Ya es la última vez que le advierto - Dice serio.
El chico se gira hacia mi y continua:
- Bueno, siento este numerito.
- No pasa nada, a demás tengo prisa.
Como en la caja no hay nadie me atienden muy rápido. Pago y me dirijo hacia la salida.
- ¡Llámame! - Me dice alzando la voz.
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Pensamientos Escritos
Teen FictionAlejandra es una chica nueva respecto el año pasado. Es solitaria, pero dentro de poco conocerá personas que le cambiaran la vida. Joao, Lulu, Rubén, Kevin y Fran formaran parte de su aventura. Algo nuevo dará un vuelco toda su realidad. Algo que ni...