'Bip bip' 'Bip bip'. Suena la alarma de mi teléfono con su tedioso sonido. De mal humor me levanto, y tomo una ducha, las perlas tibias caían por mi rostro y estaba demasiado apurado como para lograr darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor; me seco con la toalla que colgaba sobre mis hombros y me seque el rostro con ella, después me dirijo a la cocina a preparar mi desayuno. El cuál básicamente resulta ser un pedazo de pan con mantequilla y un vaso de jugo de naranja hasta el tope; mientras como mi desayuno veo en mi teléfono las noticias de hoy, más chicos desaparecidos, y con quién tenían que relacionarlas desapariciones, obviamente con nosotros los "shikis", seres con poderes extraordinarios que tenemos que vivir entre los humanos; nosotros no le hacemos daño a nadie, bueno en general, hay algunos de nosotros que pelamos por territorios y los "nobles" siempre ponen un pie encima de los demás, inclusive entre los nuestros tenemos mala fama. Todos contamos con un 'noryu' que es la habilidad especial de cada shiki, el mío es considerado una habilidad de noble: el fuego, los noryus elementales son extremadamente raros.
Shiki, criaturas que la sociedad tachaba como horripilantes caníbales, que tenían que asesinar para sobrevivir. Los que la sociedad cataloga cual ganado. Suspiré pesadamente y continúe con mi rutina diaria.
Esta clasificación me molesta como nadie puede llegar a imaginar, pero no es como si pudiera evitarlo. Simplemente tengo que fingir ser alguien que no soy y esconder de los demás mi verdad naturaleza. Sin duda alguna es una molestia.
Finalmente decidí apagar mi teléfono y salir a la tienda de un 'amigo' antes de ir al colegio, ya que como muchos shikis de esta zona saben, el es un shiki en sí, y este último siempre me mantiene al tanto de lo que sucede alrededor de la zona, sin mencionar que es una zona libre de pleitos territoriales que suelen caracterizarnos. Al abrir la puerta hecho llave a mi apartamento y me la hecho al bolsillo, pero al salir oigo mi nombre.
-Daniel, ¿como has estado?
La señora Thompson me dice con su tono lleno de felicidad y alegría. Pobre y simple humana, siempre tienen ese aire de seguridad alrededor de ellos aunque no saben nada sobre la realidad. Pero por supuesto, ella no sabe que esta tratando con un shiki noble; un simple humano no puede cargar con tal responsabilidad y secreto en su conciencia.
-Ah, bien gracias- dije con una sonrisa disimulada en mi rostro
-Me gustaría quedarme mas tiempo pero tengo que ir al colegio- dije utilizando el colegio como una puerta de salida de emergencia.
-Claro, primero el deber, je je- soltó una pequeña risa que hizo mi sangre hervir desde el fondo de mi ser, no por el hecho de que fuera demasiado optimista para mi gusto, sino por el hecho de que fingía preocupación por mi bien cuando ni siquiera le importaba en absoluto.
Le sonreí y me encamine hacía la tienda de Master. Mientras iba de camino hacía allá, me distraje viendo los rascacielos que se encontraban en nuestra poblada ciudad cuando de repente en mi descuido choque con un pequeño ser que soltó un leve chillido que salió a través de su boca, una frágil mano se colocó sobre mi pecho para colocar distancia sobre los cuerpos de ambos, evitando más roce del necesario.
Al voltear mi mirada hacia abajo, me encontré con una bella chica que regargaba su mano sobre mi pecho, al mirar ella hacia arriba, me percaté de que era aún más hermosa de lo que creía; un rostro infantil relativamente pálido que podría ser confundido con el de una muñeca de porcelana, delgados labios rosa pálidos y lo que más resaltaba de todo, sus cristalinos ojos azules que me miraban alterada.
Asustada me miraba fijamente mientras que trataba de evitar mi mirada a toda costa, sus orbes iban de un lado a otro, buscando un punto fijo para observar. Ambos estábamos perdidos, a pesar del incómodo silencio que embriagaba la situación, ninguno tenía el valor de apartarse tan repentinamente; y en ese extraño trance, se oyó el hueco sonido de un objeto cayendo repentinamente al suelo.
Reaccionando lo más rápido que mi soñador ser permitió me incline a recoger el objeto que había caído, el cual resultó ser un folder repleto de tantos documentos que caían en todas direcciones, y fue en ese momento que la bella chica reaccionó, tan repentino que el simple sonido de su voz me exaltó.
-¿¡Que crees que haces!?- grito mientras trataba de hacerme a un lado, desesperada.
-¿Supongo que te estoy ayudando?- pregunté sínicamente mientras recogía todo los que se había caído.
-No es necesario...- susurro- ¡Solamente deja mis cosas!- grito exaltada, con la mirada un poco cristalina, que hasta sospeche que fuera a ponerse a llorar en cualquier momento.
Ahora perturbado por su extraña actitud, le arrebate las cosas de las manos y comencé a hojear a través de ellas, mientras que ella exaltada agitaba sus manos de un lado a otro tratando de arrebatarme las cosas de las manos.
-¡Te dije que solteras mis cosas!- rugió totalmente molesta, mientras de la nada alzaba su mirada, un brillo pero, y el clásico brillo que tanto caracteriza a los Shikis.
Me miró incómodamente mientras se daba cuenta de su error y miraba a un lado, tratando de ocultar el hecho que ya había visto. Aún más histérica que antes tomo las cosas de mis manos sin dirigirme una sola mirada, por lo cual salieron muchos papeles volando y cayeron en todas direcciones. Ignorando aquel hecho, se hecho a correr en la dirección totalmente opuesta y desapareció en el mar de gente que no nos habíamos percatado que aún nos rodeaban.
Tome una de las hojas que cayeron al piso y comencé a leer.
"Leah River
16 años de edad
Parentesco: Ambos padres muertos
Localización: ?
Estado vital: muerta
Descripción física característica: 1.60 m de altura y brillantes ojos azules
Noryu: Noble desconocido"Extrañamente, la descripción de aquella persona dicha como muerta coincidía perfectamente con la de la chica que me encontré. Pero lo mas perturbador aún, esa fallecida Shiki era algo a lo que mi pueblo suele llamar, nobles.
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Shiki: Encrucijadas
Ficção AdolescenteUna misteriosa chica, la cuál se suponía, debía evitar que la gente que la rodeaba supiera algo de ella y un engreído chico que no piensa dejar el tema en un punto y aparte tan fácilmente. ¿Qué pasara cuándo el destino entrelace sus historias juntas...