One-shots Chili [ Zhongli x Childe ]

-Conejito quédate conmigo..-

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-pequeñas aclaraciones y las advertencias! (A éste punto estoy a un 9.99% de contratar a alguien para que las haga por mi—)

-En esté AU todavía es el cumpleaños de Childe, por eso al final es "otro regalo" al igual que la mención en la cena de "es tú día de nacimiento" no sé pero tenía ganas de hacer otro con el cumpleaños de Childe—

-Tambien pueden usar la imágen de la portada cómo referencia para vuestra imaginación de lo que lleva Zhongli~

-Y sí— creo que tengo cierta obsesión con zhongli bunny /ayuda

Advertencias:

-Traje de conejito

-Mención de la pornografía

-Y bueno, menciones de ciertas palabras subidas de tono y las hormonas de adolescentes de Childe, que sí se que es un adulto pero se comporta cómo un niño, o no?

Creo que no sé me olvida nada hacique.. Enjoy~

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El calor del verano de Liyue es espeso. Húmedo. Empalagoso como una segunda piel que se adhiere debajo de la ropa de Childe. Con demasiada frecuencia, las corrientes oceánicas llevan tormentas espontáneas a la orilla. Esta noche no es diferente. Se derrama con el estallido de un trueno en lo alto. Como si la propia Celestia se hubiera abierto sobre ellos con el embate de una lluvia torrencial.

Childe resopla. A pesar de mantenerse pegado a los toldos, todavía se las arregla para empaparse. Se limpia el agua errante de su flequillo con un sonido de descontento. Esto realmente lo consolida. Es un chico de Snezhnayan hasta la médula. Desesperado por el corte seco del frío. Su prolongada estadía en esta nación ha hecho poco para convencerlo de lo contrario.

Excepto que eso es mentira.

Hay un lazo claramente obvio que todavía lo ancla aquí. Es por eso que eligió quedarse incluso después de la partida de Signora, y por qué se aventura esta noche en un clima poco acogedor.

Zhongli.

Tiene suerte de que, para ser un dios, o bueno, un antiguo, el hombre es completamente ajeno a la experiencia humana. Childe no ha sido discreto con su interés menos que platónico en el hombre, pero Zhongli nunca pareció prestarle atención.

Childe entra en el quiosco de Xinyue poco más que un charco de lluvia. Zhongli, como de costumbre, tiene gustos excepcionalmente caros para alguien con tan poca mora. Probablemente contando con Childe para que pague la factura una vez más. Zhongli sabe que este arreglo no durará para siempre; Childe tiene que volver a casa.

Dio la noticia hace unos días. Su boleto (de ida) a Snezhnaya reservado para el final de la semana.

Había sido una experiencia humillante contárselo a Zhongli. ¿Qué había esperado Childe exactamente? ¿Alguna grandiosa confesión de amor digna de los libros vendidos en el stand justo encima del Northland Bank, tal vez? No, Childe no es ese tipo de romántico. Pero sus expectativas ciertamente no eran la sonrisa tranquila y sombría que Zhongli le había reservado.

Parte de eso lo atrapó. Parte de Childe esperaba que el hombre le pidiera que se quedara.

Esperanzas. Corrige mentalmente. Ese deseo aún perdura en esta noche incluso si Childe lo sabe mejor. Pide demasiado. Es mejor dejarlo descansar. Para los dos. Regresa a casa y olvídate de este enigma de un arconte con el que de alguna manera se hizo amigo.