Harry Potter El salvador del mundo mágico

capitulo 56

Capítulo 56

El secreto derrocado

El lugar estaba en un silencio sepulcral. Las personas allí reunidas estaban vestidas con sencillas prendas de algodón blanco, que simbolizaban la pureza y la paz, mostrando que uno entraba al mundo sin nada y lo dejaba sin nada más que sus obras. Estuvieron aquí para el funeral de Amelia Black. Algernon Croaker ya había sido incinerado por miembros de su familia ese mismo día.

Rigel sintió que su padre le apretaba el hombro. El chico de quince años frunció los labios, no fuera que todos presenciaran su colapso emocional. El cuerpo de su madre fue depositado en una pira frente a él. La tradición dictaba que él, su hijo, la despidiera con honor.

Harry y Dylan estaban parados a cada lado de él, ambos en silencio. Rigel sabía que estaban molestos. Todos estaban devastados. Nunca antes había visto a su padre tan destrozado. La única razón por la que Sirius seguía de pie era por su hijo pequeño.

Siguiendo las instrucciones del druida, Rigel apuntó su varita al suelo y caminó alrededor de la pira, rociando agua. Una vez que terminó, tomó su lugar junto a sus hermanos una vez más.

Sirius se derrumbó en el suelo. Harry y Dylan se apresuraron a ayudarlo, pero el hombre continuó sollozando desgarradoramente. Rigel no se volvió hacia su padre. En cambio, apuntó con su varita a la pira.

" ¡Incendio!"

El fuego brotó de la punta de su varita y consumió lentamente el cuerpo de Amelia Black, una de las mejores mujeres que el mundo había visto. Rigel continuó de pie, con los ojos llenos de lágrimas mientras se despedía de su amada madre.

Charlie y Belladonna se apresuraron hacia adelante y le rodearon la cintura con los brazos. Rigel permitió que las lágrimas cayeran mientras susurraba: "No te fallaré, mamá. Te lo prometo. Te amo".

Las llamas de la pira ardiente parecían bailar a los ojos de todos los presentes.

HP * SALVADOR DE LA MAGIA * HP

Hermione Granger ignoró el caos que la rodeaba. Ella estaba enfocada solo en su trabajo. Más de cien brujas y magos ahora eran miembros del DA, también conocido como Ejército de Dumbledore. Fueron la rebelión; la última esperanza para evitar que Harry Potter destruyera el mundo tal como lo conocían.

Pero eso no fue todo. Hace cuatro días, la residencia del Primer Ministro había sido bombardeada en un esfuerzo por librar al mundo del Señor Oscuro conocido como Harry Potter. Desafortunadamente, su plan no funcionó. Potter no solo no estaba en el país cuando ocurrió el ataque, sino que su madre y su hijo quedaron atrapados en la explosión. Eso solo pareció enojar al Canciller Supremo de la Confederación Internacional de Magos.

Se había vengado espectacularmente de todos ellos. Tantos políticos habían muerto debido a su ataque al parlamento británico. Todo el país estaba sumido en el caos. El Primer Ministro se estaba comportando como un desastre debido al estrés de mantener el orden. ¿Cómo gobernaría el país cuando no quedara ningún gobierno? Las ondas de choque de este brutal ataque se habían extendido por todo el mundo. Nadie en los últimos tiempos se había atrevido a lanzar abiertamente un ataque como este. Los terroristas generalmente apuntaban al hombre común, no al jefe del gobierno en sí.

Pero eso no era todo lo que había hecho Harry Potter. Una vez más se las había arreglado para destruir su vida. El corazón de Hermione estaba hecho pedazos. Susurros habían llegado a su oído que ahora la buscaban para interrogarlos. Los aurores por todas partes la estaban buscando. Si no fuera por Krum enseñándole cómo enmascarar su firma mágica, Hermione estaba segura de que la habrían encontrado.