3- Mi historia de amor (Ⅱ).

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-Aquí estamos- mencionó bajando del auto una vez parado delante de lo que ahora sería nuestro nuevo hogar.

Era extraordinariamente inmensa, tenía un enorme jardín lleno de plantas y flores exóticas, una fuente de centro con una trillo desbordante de un intenso y abrumador aroma a rosas gracias al sembrado que tenía en todo el alrededor, las escaleras eran grandes como si fueran las de un castillo y el interior era toda una divinidad. El recibidor al igual que el resto de la casa tenían el suelo forrado de un mármol tan fino que incluso cualquier pisada se podría escuchar, las escaleras estaban a un lado con barandas negras encaracoladas al igual que esta, una mesa en el centro de la habitación con un búcaro realmente costoso adornado con flores plásticas que parecían reales, por todos lados plantas muy variadas que daban un toque hogareño, lámparas y candelabros de alto lujo y con verdaderas y auténticas joyas; a mano derecha solo se podía ver un singular juego de muebles junto a una de las tantas ventanas y una mesita delante de estos, y al lado izquierdo estaba la chimenea con un sofá grande y bastante cómodo. Caminando entre a lo que era la verdadera sala de la casa o sala de estar, esta tenía un gran piano a una esquina y en el centro más muebles pero de color beige junto con un gran TV delante de estos y en el suelo una enorme alfombra con el dibujo de un Rey León, había también un mini bar al lado de una ventana junto con seis sillas en juego, seguí inspeccionando y me encontré con lo que era ahora el comedor, había mucho que decir. . . los aparadores estaba a juego con algunos recuadros de alimentos y tanto las sillas como la mesa eran de color amarillo palidecido pero brillante, el candelabro estaba muy cerca de la mesa a pesar de que el techo era muy alto y en el centro un gran ramo de rosas bien cuidadas como adorno final. Viajé a la cocina donde me impresionó la tecnología que había, los fogones estaban digitalmente sobre una de las mesetas, las ollas y demás instrumentos guardados cada uno en su respectivo armario, muchas gavetas y un refrigerador en las mismas pareces con tres puertas, dos para la comida normal y una sola pala el congelador. Apenas si podía decir una sola palabra pero seguí con mi inspección lentamente, ahora caminaba hacia lo que veía como una puerta trasera que llevaba hasta el patio, era de esperarse una piscina que ocupara casi la mitad de la casa, una terraza con todas las comodidades y un poco más apartados árboles de frutas. . . estaba soñando y por más que me pellizcaba no despertaba, volviendo al interior de la casa, llegué a las esperadas escaleras y las subí mirando al gran ventanal de cristal que antes me había llamado mucho la atención, y llegando al segundo piso pude ver una gran biblioteca abarrotada de libros que de seguro eran muy interesantes, caminé por el pasillo y abriendo una de las primeras puertas llegué a lo que era una habitación, parecía como para niños, tenía una cama con adornos muy varoniles al igual que las paredes y los juguetes, abrí otra y esta vez era para una niña, la cama parecía ser para una princesa y los juguetes tenían un tamaño casi real. Al salir nuevamente al pasillo la última puerta llamó mis instintos y sin seguir viendo las puertas anteriores complete el recorrido del pasillo abriendo aquella puerta y topándome con un balcón que dejaba la vista de un gran bosque en mitad de la nada prácticamente, nos habían dicho que los terrenos eran nuestros desde el contrato de la casa, parecía una pintura en vivo, el verde esmeralda de cada uno de los árboles, las aves volaban y eran fácil de ver, era perfecta. Ya un poco cansada de mirar de un lado a otro miré en la primera habitación desde el balcón hacia adentro y decidí que esa sería la indicada; una cama bien tendida y por lo vista muy cómoda en el centro pegada a la pared con un cuadro vacío encima, a cada lado una mesita de noche vacía, hacia las ventanas estaba la cómoda muy bien cuidada y delante de la cama los asientos de visitas inesperadas, a una esquina estaba una puerta que supuse sería el baño, me acerqué y al abrir esta me encontré con el mundo de la moda, era un cuarto inmenso y lleno de ropa tanto para mujer como para hombre, además de zapatos y otros accesorios, volví a cerrar mirando si había otra puerta la cual encontré detrás de una de las columnas que rodeaban la cama, la abrí y ahí si, estaba el muy esperado cuarto de baño. Era estilo rey griego, juegos de toallas, armarios de pared, puertas corredizas y un yacuzzi muy amplio hasta para 4 personas en él, lociones para la piel, cremas y demás productos para un severo cuidado de la piel. Me enfrié. . . no podía al menos casi respirar de lo grande que era aquella casa y pensar que a partir de ahora viviríamos aquí, era una completa locura.

기억해 (Remember)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora