4. Primer Deseo

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La semana pasó extremadamente rápido, de alguna forma volvía a ser viernes y Taehyung estaba en su sillón mirando hacia la pantalla negra del televisor. Se sentía nervioso por lo que iba a pasar ese día. Habían acordado que se iban a turnar para escoger su "deseo", en esta ocasión le tocaba a Jungkook.

En realidad no iban a hacer algo novedoso, ya había hecho algo parecido antes, pero eso no hacía que se sintiera mejor. A lo largo de la semana había evitado pensar en el tema, incluso fue un tanto absurdo la forma en que se lo dijo una noche:

-Ya sé qué es lo que quiero -Jungkook irrumpió en su habitación cuando se estaba poniendo el pijama. Con la camiseta en las manos lo volteo a ver sin tener idea de qué hablaba el pelinegro-. Un 69.

-Kookie, no tengo cabeza para matemáticas en este momento. Necesito dormir -contestó terminando de vestirse, había tenido un día muy duro. Después de varios días pensándolo tomó el consejo de Jimin y fue a la primera audición que se encontró, el problema fue que justo antes un niño le había vomitado encima, llegó tarde, apurado, con una pésima apariencia y un ligero olor a intestinos. Definitivamente no dió la mejor impresión, tal vez debió tomar el pánico escénico más en serio; en resumen, fue un desastre total.

-Me dijiste que pensara en el primer deseo de nuestra lista. Pues es eso: un sesenta y nueve.

-Vale... Anotado, ahora, ¡Largo! -gritó dejándose caer sobre su cama, durmiendo en el acto.

En ese momento su cerebro no había captado a lo que su amigo se refería, fue hasta esta mañana que lo recordó cuando pasaba por fuera de una de las aulas en la que había distintos números de fomi pegados a una altura considerable. Estaban decorados con brillantina y de alguna forma un bello seis color rosa hizo que su mente hiciera conexiones en el lugar menos indicado.

Ahora con su paz mental destrozada no sabía qué hacer, según sus cálculos todavía faltaban dos horas para que el pelinegro llegara después de trabajar. No tenía idea de cómo comportarse y la espera lo estaba carcomiendo lentamente, no sabía si debía esperarlo en la sala o en la habitación, con ropa o sin ropa. Cuando se vean, ¿qué debería decir? o ¿solo ir directo al punto?. Había tantas posibilidades y ninguna parecía la indicada.

Cuando folloba con Bogum las cosas eran más sencillas, aunque si de comparaciones se trataba su exnovio se quedaba muy atrás de su mejor amigo. Jungkook tenía algo especial y estaba como quería. Tenía ese maravilloso cuerpo tan bien delineado, unos abdominales en los que podría comer, y unos muslos... podía recordar su fuerte agarre sobre sus manos mientras lo follaba tan bien.

Esa imagen mental hizo más que calentar su interior, mientras una corriente electrizante recorría todo su cuerpo. Sin pensarlo demasiado metió sus manos por debajo de su camiseta dejando suaves caricias hasta llegar donde sus pezones apretandolos en busca de placer, podía recordar cómo los ojos de Jungkook se dilataron la semana pasada cuando hizo exactamente lo mismo.

Sumido en ese sentimiento llevó su mano hasta la orilla de su pantalón, deteniéndose solo por un momento para bajar la bragueta y liberar su miembro palpitante. No podía creer lo excitado que se encontraba, de verdad que le hacían falta unos buenos polvos. Se bajó el pantalón un poco más acomodándose mejor entre los cojines del sillón y empezó a dejar suaves caricias sobre toda su extensión, cerró los ojos recordando como se sentía la mano de Jungkook haciendo exactamente el mismo trabajo.

Un pensamiento repentino llegando a su cabeza: ¿Cómo se sentirá su boca? Gimió pasando un pulgar sobre su glande dejándose llevar aún más lejos por su imaginación, con movimientos lentos disfrutando del momento, después de todo tenía tiempo.

-¡Jungkook! -probó su nombre con sus labios, se sentía tan morboso gemir el nombre de su mejor amigo.


Secret List | KookV - VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora