12│Enfermo

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El día está de un color gris a pesar de que en la televisión anunciaran que no va a llover. Cosa que sería una lástima puesto que es día sábado.

A pesar de ser fin de semana, el ambiente no es relajado para JeongYeon, quien está limpiando la vajilla luego de haber almorzado, mandando a sus hijos a vestirse al darse cuenta de lo atrasados que van, y sin embargo, viendo a JeongIn tirando de su delantal con el impermeable azul y ropa colorida que le advirtió no se pusiera.

—Omma, quiero ir a ver a Felix hyung —exige, tirando de su delantal con más fuerza debido a que no le presta atención. Su ceño se frunce aún más—. ¡Quiero ir a ver a Felix!

—JeongInnie, estoy ocupada. Vete a poner el impermeable negro con tu hermano, no tenemos tiempo para esto.

—¡Pero yo no quiero ir con ustedes! Quiero ver a Lixie.

JeongYeon es conocida por ser la madre más dulce en el vecindario, mas hasta ahora se da cuenta que sus amigas tienen razón y consintió demasiado a sus hijos, en especial al menor.

—Felix está enfermo, cariño. Se siente mal, así que necesita descansar. Nosotros ya tenemos planes para hoy y además, no te puedo llevar a su casa porque el auto está averiado.

JeongIn no puede estar más que frustrado. Cuando le contaron que Felix era su omega finalmente, o bueno, que es un omega (los detalles son lo mínimo), no pudo evitar ser el niño más feliz del mundo. Al menos hasta que le dijeron que no podía verlo hasta en una semana.

JeongYeon se saca los guantes y se seca las manos con un paño, viendo a JeongIn aún en el mismo lugar con sus brazos cruzados. En cuanto sus miradas chocan este la desvía hacia la ventana.

—JeongIn, luego habrá más tiempo para ir a ver a Felix. No te enojes conmigo.

—¿Quién se enojó con quién? —su padre entra a la cocina, dándose un autoabrazo debido al frío. Había ido a comprar flores y en el jardín se puso a conversar con la señora Lee.

JeongIn al ver la ropa de su padre se enfada más.

—¡Appa tampoco tiene que ir! Es injusto, ¡injusto!

—JeongIn, no le alces la voz a tu madre. Cariño, ¿qué pasó? —pregunta a JeongYeon.

—Yang HongSeok, dame paciencia —pide frustrada dándole un abrazo a su esposo, este roza su marca con su nariz como muestra de cariño. Aunque en este día en especial se siente algo extraño—. JeongIn quiere ir a ver a Felix pero no lo puedo llevar. Además, debemos irnos ahora o sino perderemos el autobús.

HongSeok se separa de ella y le entrega el ramo de flores azules, haciendo una extraña mueca que hace a su esposa e hijo mirarlo con confusión.

—¿Solo por eso? Ah, ustedes dos son un dolor de cabeza —bromea divertido—. JeongYeon, ve a arreglarte y a apresurar a HyunJin que creo está jugando videojuegos. La señora Lee irá ahora a la casa de su hija, podemos pedirle que lleve a JeongIn con ella. Ustedes vuelven mañana y nosotros los iremos a buscar.

—¡Sí!

—Pero Lix...

—JeongIn es un cachorro, no tiene olor característico y no creo que le moleste a JiHyo que esté con Felix —responde con su lobo orgulloso. "Ah, soy el mejor alfa que existe. Sí, sí"—. Ya ve, HyunJin no se regañará solo.

JeongYeon le da un pequeño beso a su esposo. No sabe qué haría sin él. Ha sido un soporte increíble durante estos últimos 11 años.

—Ew.

—Tú haces lo mismo con Felix —le saca la lengua divertida.

—¿Que JeongIn hizo qué?

—¡Traición!

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(...)

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—JeongInnie, qué indo que estés aquí. Lix te extrañó mucho —informa JiHyo cómplice.

JeongIn se siente algo tímido al estar en la sala con su suegra y su... ¿Abuesuegra? Ah, si tan solo su madre no hubiera bloqueado los canales interesantes.

De igual forma mantiene una postura "segura y elegante". Esta es la oportunidad para pedir la mano de Felix formalmente.

—Yo también lo extrañé mucho... la bru... digo, mi mamá no me dejaba venir. Peeeero, hablando de algo más importante, yo...

No cuenta con que el microondas suene sorpresivamente. JeongIn abre sus ojos como platos antes de salir corriendo de la sala hacia la primera habitación que encuentra con el corazón a mil y sus manos en los oídos. Cierra la puerta junto con sus ojos esperando unos segundos, pasan cinco y finalmente se relaja. No explotó.

Felix se enderezó de prisa en su cama apenas sintió ruido y otra presencia en su habitación. Su lobo lo hacía estar alerta y alguien se había metido en su territorio, pues aunque sea un omega tiene su propio espacio.

Al ver a JeongIn se sintió feliz, su lobo se extrañó por ello. ¿Quién es el cachorro y por qué lo hace sentir como si quisiera languetear su rostro y mostrar su panza?

—JeongInnie, ¿qué haces aquí?

JeongIn da un pequeño saltito asustado. Al ver que se trata de su esposo se calma, tratando de lucir cool. No es como si le tuviera miedo a un electrodoméstico.

—Hyung~ —chilla, yendo a abrazarlo, restregando su mejilla contra él. Lo siente más cálido que de costumbres y su aroma a rosas es más potente a pesar de que siendo un cachorro todavía no puede percibir los olores al cien—. Tenía que venir a ver a mi omeguita —habla divertido y con algo de burla, sentándose a su lado—. ¡Te dije que yo no sería el omega, já!

Felix ríe a gusto con la presencia de su menor cerca de él. Luego de tres días de celo por fin encuentra la tranquilidad. Cabe destacar que está hasta la cabeza de supresores, mas ninguno lo ha tranquilizado tanto como este momento.

—Pero si casi te pones a llorar —le recuerda, ganándose un pequeño peñizco que le hace quejarse—. Vuelvo a preguntar, ¿qué haces aquí?

—Vine a cuidarte, mi mamá dijo que estás enfermo. Me trajo mi abuesuegra.

Felix ríe con fuerzas por el apodo hacia su abuelita. Entonces la puerta se abre y entra justamente la mencionada con un plato con caldo de pollo.

—JeongIn te trajo sopita para que te mejores pero salió corriendo antes de que la sirvieramos —explica su abuela feliz de ver a ambos niños con enormes sonrisas en sus rostros. Son unos angelitos.

Una vez se retira, JeongIn ayuda a Felix a tomar su sopa, perdiéndose por unos segundos cuando en sus rosaditos labios hacen contacto con la cuchara. Luego pone la televisión y acerca ambos mandos del xbox.

—Ah, eres el mejor esposo del mundo.

—Lo sé —responde, haciéndolos a ambos reír mientras se acurrucan más cerca—. ¿Te sientes muy mal, Lix? ¿Necesitas algo?

—Solo quédate a mi lado —responde meloso, estirandose más para así poder reposar su cabeza sobre el hombro del azabache.

Al llegar la noche, JeongIn cruza los dedos para que su padre no llegue y al parecer sus cualidades de brujo heredadas funcionaron (ya no cree que su madre es una bruja, pero aún así la costumbre quedó) pues comenzó a llover torrencialmente y JiHyo se niega a que salga así. Por lo que se iría al día siguiente.

JeongIn ha ganado de nuevo.

Luego de escabullirse desde el cuarto de visitas, se mete en la cama del mayor y lo abraza, dejándolo cerca de su corazón. Solo basta sentir el calor del otro para dormir a gusto.

—¿JeongIn? —Felix a formulado y su lobo alza las orejas curioso. No recibe respuesta. Sus manos pasan al cabello oscuro del otro. Algo de luz de la luna se mete por las ventanas iluminando sus rostros bajo el cubrecamas azul. Los ojitos del menor están cerrados, su boquita rosada algo abierta y sus manitos aferradas a la camiseta contraria—. Que sueñes bonito, JeongInnie.

Es entonces cuando el lobo de Felix entiende el porqué su humano no buscó ningún alfa. Su corazón ya tiene a alguien más; tiene a aquel lindo cachorro que descansa entre sus brazos.

My little Alpha│JeongLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora