Difícil p.2 (Aizawa x OC)

16- Fuerte

*Yuki*

Shota nunca se había atrevido a ser tan atrevido.

Me pidió que me quitara la ropa de una forma poco amable y eso me cautivó.

Solo me quité mi pantaleta, y se senté arriba de el, justo como me lo ordenó.

-Shota, si en algún punto sientes que te lastimo, por favor dime- Dije.

El, quien tenía ambos extremos de su venda de trabajo en las manos, pasó un extremo por mis piernas, luego por mi cadera, luego por mis piernas otra vez haciendo unos nudos que no pude reconocer fácilmente.

-No me digas que hacer, el hecho de que esté así no quiere decir que no pueda concentirte-

¿Por qué me está gustando que me hable así?

-¿Y está clase de arnés?-

-Ya veras- volvió a sonreír.

Pasaba una y otra vez las vendas por todo mi cuerpo, por encima de los barrotes y por mi cuerpo también. Delicadamente amarrando mis muñecas y mis piernas. Pero no solo estaba ahí amarrandome, también pasaba sus frias manos delicadamente por mi abdomen, mis glúteos, costillas, mi pecho y todo lo demás.

-¿Quién te enseñó todo esto?- Pregunté.

-Hace tiempo tomé clases de danza aérea, quería aprender a moverme mejor entre las vendas sin enredarme, la maestra me enseñó muchas cosas-

-¿Qué tantas?- pregunté.

Alzó la mirada, puso su mano en mi nuca y acercó su boca a mi oído.

-Tantas que no vas a saber a quién agradecerle-

Esa frase me hizo estremecer, no estaba celosa no molesta de que mencionara sus otras parejas frente a mí, la verdad su amplio conocimiento en todo me estaba exitando mucho.

-Terminé- Dijo.

Tomo sus vendas con uno de sus brazos y los jaló hacia abajo, en eso, sentí mis piernas juntarse con mis muslos y mis brazos levantarse un poco. Shota amarró las vendas en el respaldo de su cama y dirigió la mirada otra vez a mi.

-Tramposo, no puedo moverme bien- Dije.

Puso sus manos en mi cadera y me acomodo más cerca de el, el cuarto estaría completamente oscuro si no fuera por la luz de la luna que iluminaba gran parte del cuarto, lo suficiente para poder ver mejor el cuerpo trabajado de Shota, a pesar de que lleva un mes en cama aún no ha perdido su figura, ni su fuerza, verlo jalar el peso de las vendas y el mío con un solo brazo fue muy estimulante.

-¿Por fin vas a cumplir lo prometido?-

-La noche es larga, y mañana no tenemos nada que hacer, no comas ansias, amor-

"Amor", me estaba gustando que me dijera así, me hacía sentir más cercana a el, podía sentir más intimidad entre los dos cuando lo decía de esa forma tan natural, sin sentir vergüenza o miedo de decir la palabra incorrecta. "Amor" es un nombre muy lindo para lo que estamos haciendo ahora.

Me besó, justo como amaba que lo hiciera, sus manos estaban en mi nuca y su lengua peleaba con la mía, obvio lo estaba perdiendo.