Epílogo

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*Shota*

Llegué del trabajo y vi a Rin sentada en el comedor de la casa, me sorprendió por qué ella debería estar en la escuela.

-Hija, ¿Por qué no estas en Kyoto?-

-Es por qué me tomé unos días, quise venir a verte, te traje recuerdos de la boda, Bakugo y Kirishima lamentan mucho el que no hayas ido-

-Si, les envié mis felicitaciones por escrito, cuando regresen de la luna de miel organizaré una reunión de ex-alummos, ¿Te parece?-

Rin sonrió y asintió. Dejé mis cosas en el suelo y fui a sentarme al comedor junto a ella. Pude ver tristeza en su rostro.

-Conozco esa cara, quieres decirme algo-

-La que Lee mentes soy yo, papá- se rió.

-Tu lees las mentes de las cabezas que no conoces, pero yo no tengo por qué tener ese poder si se trata de ti. Dime, ¿Qué ocurre?-

Rin se puso muy nerviosa y llevo su mano a su escapulario para apretarlo contra su pecho, enseguida supe de que se trataba.

-La viste, ¿Verdad?- pregunté.

-Si-

Silencio incómodo.

-¿Y cómo está?-

-Bien, ella tiene un brazo metálico y un tienda de vestidos, la encontré casualmente mientras buscaba que comprar-

-Lo supuse, ví tus fotos en redes sociales, ese vestido es idéntico al que usó el día que nos graduamos, no se por que supe de inmediato que... La habías visto-

Tenía la mirada baja, no pensaba que me iba a poner triste tan pronto.

-¿Ella... Dijo algo sobre mi?-

-Dijo que lo lamenta-

Las primeras lágrimas golpearon la mesa.

-¿Algo más?-

-Cumplió su promesa, la que le hizo a Erina, mi mamá hace tiempo, lo supe leyendo su mente, solo que no le dije nada para no asustarla-

-Hiciste bien, y ella también, hacer eso era algo que ella quería. Le quitaste un peso de encima Rin, muchas gracias- no pude hablar más por qué el nudo en mi garganta explotó y comencé a llorar desconsoladamente.

Rin se levantó de su asiento y corrió a abrazarme.

-Perdón, no quería, no quería que me vieras así-

-Está bien, papá. No te preocupes, tranquilo. Le diré al Tío Hizashi y a la tía Juno sobre esto, me imagino que también están preocupados-

-Si, está bien- trataba de tranquilizarme, pero simplemente no podía.

No estaba triste, para nada, estaba inmensamente feliz, feliz de que ella estuviera bien. Bien y sanando.

.

Pasó un mes desde entonces y las niñas y yo fuimos al cementerio a visitar el santuario familiar, dónde estaban los padres de Yuki, mis padres y Hariru. A Eri y Rin les gustaba mucho venir, animaban a qué la visita sea menos triste.

Difícil p.2 (Aizawa x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora