Capítulo 3

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Sasha ni siquiera tenía recuerdos de cómo se hizo esa marca en el trasero. Su padre le comentó que se la hicieron sus violadores, y que por esa razón no tenía derecho a hacer preguntas estúpidas. Después de eso, no quiso preguntar más.

— ¿Cómo es que...?

— Me pediste que te hiciera una marca que durara para toda la vida, ¿Es que acaso no te acuerdas? —mordió su oreja—. No recuerdo en qué noche fue que te la hice, pero tengo que decirte que suplicabas por más.

— Eso es mentira, me está mintiendo —Sasha dejó salir un largo suspiro—. No sé quién es, ¿Es uno de los violadores?

— ¿Qué? —hizo que lo mirara—, ¿De qué estás hablando?

— Hace dos años alguien abusó de mí... mi padre me dijo que el trauma fue tan fuerte que...

— Nunca he violado a nadie y tú no serás la primera persona —ni él mismo se creía esas palabras—, ¿Por qué sigues mintiéndome?

— No le estoy mintiendo —no pudo siquiera terminar de decir las palabras, porque rostro fue a parar a la cama.

— Hoy en día ya no se puede creer en nadie —Le dio una nalgada—. Sé que estás muy al tanto de lo que eres, por lo que te pido que mientras te pongo la inyección no hagas ningún tipo de ruido o me veré enojado —el beta asintió sin pensarlo dos veces—. Espero que no te importe el hecho de que me haya tomado el atrevimiento de hacer esto —le dio otra nalgada al beta—. Ya se está poniendo roja.

— Duele, ¿Qué es lo que quiere de mí?

— Simplemente que dejes de ser un mentiroso —preparó la inyección—. No te muevas, porque como podrás darte cuenta no tenemos algodón con alcohol para evitar que sangres.

— En donde estaban las inyecciones, hay unos frascos llenos de algodón —eso le pasó por el culo al alfa, ya que le puso las feromonas como si nada a través de su trasero.

El cuerpo del beta se tensó tanto que sus nudillos se volvieron blancos, y su respiración forzada. El alfa se notaba a leguas que disfrutaba mucho el tocarlo de esa manera tan brusca. En donde le había puesto las feromonas comenzó a dejar salir un poco de sangre, por lo que tuvo que buscar el algodón en donde el chico le dijo que estaría.

— ¿Por qué tu padre te mandó a esta escuela? ¿Por qué no pagar profesores particulares? —se arrodilló a su lado, para aplicarle alcohol en la herida.

— Es mejor tenerme aquí que en casa en donde soy un estorbo para sus planes —abrazó la almohada—. Nunca me ha querido y cuando supo sobre las feromonas de omegas para betas, decidió ponermelas y que me haga pasar por omega.

— Eres de boca suelta, Zachary —el mencionado lo miró cansado—, ¿Sólo tu mami puede decirte de esa manera?

— Eso no le importa, recuerde que me está haciendo todas estas cosas en contra de mi voluntad, ¿o lo olvidó?

— Nada de eso —le subió la ropa interior—. Si estuviera haciéndote cosas en contra de tu voluntad, ya hubieses gritado tan fuerte que nadie podría dejar de pensar que le están haciendo al raro del internado.

— ¿Usted también piensa que soy un raro?

— Es una broma —besó su cabello, y se quedó un momento oliéndolo—. No sabes las ganas que tengo de follarte tan fuerte en esta cama, que tendrán que comprar una nueva y tú no podrás caminar en semanas solo por eso.

— Es un ser asqueroso —se alejó lo más que pudo de él, subiéndose el pantalón en el proceso—, ¿Soy parte de una venganza? ¿De eso se trata todo?

Tuyo por venganza (gay) (M-PREG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora