AMIGOS

377 70 15
                                    

-Ahora que sabes la verdad ¿Son amigos?- Me encogí de hombros hacía Tay sin ninguna respuesta -¿Cómo demonios no lo vas a saber?-

-Es que…bueno ahora se que no fue su culpa y que intentó protegerme, pero no si se entramos en categoría “amigos”- Asintió lentamente mientras me daba una última mirada -¿Qué?- Contesté con coraje ante su intenso escaneó.

-Deberías intentar…ya sabes, salir con él- Abrí mis ojos con sorpresa y negué -Vamos el chico es caliente, millonario, te adora y…ama a su familia- Iba contando con sus dedos las cualidades de Gun.

-¿Sabes qué? Voy por un café ¿Quieres algo?- Lo vi rodar los ojos ante mi cambio de tema.

-Un capuchino y que te des cuenta que tal vez pierdas al que podría ser el ¡Amor de tu vida!- Gritó lo último pues yo ya estaba fuera de la tienda.

Realmente no es que no quisiera perdonar a Gun, supongo que eso ya lo hice al saber la verdad. Solo no creo sentir esa atracción por él, como me dije y me repetí miles de veces. Yo ya lo supere. Me repetí una vez más mentalmente. Sin darme cuenta había llegado a la cafetería, me forme esperando mi turno, mientras él pensamiento de si sería bueno intentarlo no salía de mi cabeza.

-¿Off?- Escuché la dulce voz detrás de mí -Pensé que me había equivocado- Me sonrió como su hermano, dulce y delicado.

-Hola Pim- Saludé respondiendo esa sonrisa.

-Ayer Gun nos dijo que ya te había contando- Asentí con un poco de pena, pues Gun no se había calmado tan bien ayer en la noche cuando decidió que volviéramos, estaba seguro que llegó a su casa aún entre lágrimas -¿Tienes tiempo?- Mire la vitrina de los postres y luego a la pequeña chica a un lado.

-Claro- Dije sin dudas y un minuto después estábamos sentados en una de las mesas del lugar -Soy todo oídos- Sonreí tratando de ocultar mis nervios.

-Apuesto que aún te quedan dudas- Negué con una sonrisa -Claro que sí, ahora mismo haz de preguntarte ¿Qué pasa si lo intentó de nuevo?- Casi escupí mi café ante su buena deducción -Te voy a convencer que mi hermano vale la pena- Cruzó sus piernas y me mostró una sonrisa engreída.

-¿Por qué?- Mi voz había salido rara por intentar no escupir y pasarme el café tan rápido.

-Porque mi hermano y tú merecen ser felices- Me sonrió un poco pero está vez con un toque de nostalgia -Cuando nos fuimos a Canadá, un año después Gun cumplía todas las estúpidas reglas de Leo, lo peor fue que Gun se estaba volviendo como él, nos trataba horrible a mamá y a mí, me regañaba como si fuera mi padre…era insoportable era suficiente con Leo-

-¿Por qué se volvió así?- Pregunté al no poder imaginar a un Gun con ese tipo de actitud.

-Leo le llenó la cabeza de idioteces, además estaba enojado con la vida, se tuvo que acostar con mujeres Off, mujeres que odiaba, mujeres que le parecían insoportables y todo porque no podía comenté un error y que Leo se encargará de ti- Agaché la mirada enfocandola en mi vaso de café.

-No puedo imaginar lo que sintió- Escuché a Pim suspirar.

-Solo tenía un amigo en su mundo que Leo aceptaba- Subí mi mirada hasta conectarla con la de ella -Joss- Asentí entendiendo su gran amistad -Joss era el asistente de Leo y con Gun a su lado eran un equipo inquebrantable, Joss y Gun seguían estudiando mientras también se encargaban de la empresa. Gun no tenía escapatoria y Joss al ser gay su familia lo dejó de lado- Pim se encogió de hombros como sino lo lamentará.

-¿Cómo fue que hicieron su propia empresa?- Pim sonrió diciéndome en su mirada “Sabía que tenías preguntas”

-Digamos que Joss cometió un grave error- Ladee un poco la cabeza preguntando con la mirada un ¿Por qué? -Se enamoró- Cuando iba a susurrar un Gun ella contestó más rápido -Leo- Abrí mis ojos con sorpresa.

Volver a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora