Los seres mitológicos llevan existiendo por más de cientos de miles de años.
Incluso aparecen en algunas religiones, sin embargo, hay algunos más terroríficos y perturbadores que otros.
Las 𝙨𝙞𝙧𝙚𝙣𝙖𝙨 son aparentemente inofensivas, seres que n...
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<𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖 𝙪𝙣 𝙣𝙖𝙧𝙧𝙖𝙙𝙤𝙧>
Unas semanas después de aquel suceso, en la mañana, el jefe de la Organización de Asesinos de Demonios había convocado una reunión urgente tras ser informado de desapariciones de diversos demonios de alto rango. Aquella reunión había desconcertado del todo a los pilares, ya que, no era una reunión planificada, y eso solía ser extraño viniendo del patrón.
Obviamente los pilares no tenían ni idea de lo que estaba ocurriendo, aquellos reportes eran informados exclusivamente al líder de la organización, este no quería que nadie más se enterase, ya que creía que era algo positivo el hecho de que más demonios fueran erradicados, pero, su opinión cambió inmediatamente cuando se le vino la idea de que podrían estar enfrentándose a un nuevo enemigo.
Sus dudas eran notorias, su mente estaba llena de preguntas que no tenían respuesta, era técnicamente imposible que uno de sus 'niños' pudiera estar matando a tantos demonios, por lo tanto, ¿sería posible que fuera otro demonio el que estuviera causando aquello?... No... 'Eso sería absurdo', pensó el patrón. Este se hallaba en la sala de reuniones de su finca, esperando a sus "niños" favoritos para explicarles aquel tema serio. Agarró una pequeña taza que se encontraba frente a él, la cual contenía té verde, necesitaba relajarse y no había nada mejor que el té para aquel tipo de situaciones. No obstante, justo en ese momento alguien llamó a su puerta, la cual se abrió inmediatamente:
—Con permiso, patrón.
No era otro que el pilar del viento, Sanemi Shinazugawa, uno de los pilares más fuertes.
A primera vista parecía ser un joven bien educado, se notaba que había pasado por gran cantidad de sucesos trágicos por sus muy visibles cicatrices. Tenía un carácter fuerte, era testarudo, no escuchaba a los demás, muy maleducado, grosero y agresivo. No obstante, detrás de ese cascarón de acero, se encontraba un débil corazón el cual solo quería hacer el bien y proteger lo único que le quedaba. El patrón comprendía eso, comprendía a Sanemi, comprendía su orgullo y carácter, pero a veces debía aprender a controlarlo.
El albino tomó asiento frente al patrón, haciendo una reverencia, en señal de respeto.
—Vaya, al parecer eres el primero en llegar, Sanemi-dijo el patrón, con su típico tono tranquilizador.
—Así es... Quería venir antes que los demás para saber, ¿de que tratará esta reunión tan repentina? -preguntó el nombrado, desconcertado.
—Mi niño, esperemos a los demás para poder explicaroslo a todos al mismo tiempo. -decía el pelinegro haciendo una pequeña pausa para darle un sorbo a su té, y después seguir hablando-. Solo puedo comentarte que si no averiguamos lo que está pasando, podría ocurrir lo peor.
Aquellas palabras dejaron muy confundido al joven agresivo. ¿Podría pasar algo malo?, ¿cómo qué?, ¿de qué estaba hablando su superior?, ¿acaso se había perdido algo?. Muchas preguntas rondaban por la mente del pilar.
Los minutos pasaban y finalmente terminaron llegando todos los pilares, algunos tuvieron que acabar rápidamente sus misiones ya que aquella reunión no había sido planeada, pero ya todos estaban allí, sentados frente al patrón con una mueca seria.
—Mis niños, iré directo al grano... Últimamente se han estado reportando casos de demonios desaparecidos y cadáveres de demonios encontrados, no sabemos quién se está encargando de ellos. -explicó el líder, tranquilo.
—Pero... No veo nada de malo en eso patrón, menos demonios, menos misiones, ¡menos trabajo para nosotros!.-dijo Mitsuri, viendo el lado positivo.
—¿Y si es otro demonio el que está detrás de todo eso?.-preguntó el pilar de la niebla algo pendiente de la situación, pero él simplemente miraba hacía el techo.
—Eso es imposible, jamás he visto un demonio... "Caníbal". -dijo Shinobu algo asqueada al pensar en la posibilidad.
—¿Y si simplemente es una distracción muy extravagante para llamar nuestra atención?.-preguntó el pilar del sonido.
—Podría ser todo obra de Muzan, lo cual terminaría siendo una trampa. -comentó Kyojuro pensativo.
—... Si, podría ser un plan para que bajemos la guardia. -comentó el pilar de la serpiente.
—Hay muchas posibilidades, mis niños. -interrumpía el patrón mientras miraba a cada uno de ellos-. Pero... Algo me dice que no es nada de eso, puede que me equivoque, pero mi instinto me dice que no tiene nada que ver con Muzan u otros demonios... Algo me dice que es algo peor y que tenemos que prestarle atención. -finalizó el ciego.
—¿Algo peor?, ¿a que se refiere?, ¿un cazador que colabora con los demonios?.-preguntó Mitsuri, sin pensar.
—No, todavía no estoy seguro, pero debemos prestar atención. Todos los demonios que han desaparecido o muerto eran demonios que habían devorado una gran cantidad de humanos, por lo tanto, su poder era muy alto. -comentaba pensativo el patrón-. A diversos cazadores se les asignó esas misiones, no obstante, a ninguno les dió tiempo a reaccionar... El provocante de esto es muy rápido, si no nos damos prisa tal vez no sólo empiece a asesinar demonios, tal vez vaya más lejos.
—¿Creé que empiece a matar a cazadores u a personas inocentes?.-preguntó Sanemi mirando serio a su superior, el cual asintió inmediatamente.
—Entonces... Esto es algo muy malo, debemos pensar en algo rápido, pero debemos ser cautelosos.-menzionó el pilar de la roca.
—Así es, Gyomei -comenzó a hablar el patrón-. Por eso, debo de informarles que se os asignará una nueva tarea, consistirá en patrullar las zonas rojas, estas zonas son los alrededores donde fueron encontrados cuerpos de demonios u desaparecieron. Cabe la posibilidad de que el responsable aún siga cerca. -finalizó.
—Patrón, pero, ¿y si solo es una distracción? -habló el pilar del agua, seriamente.
—En caso de que sea una distracción, ya veremos que hacemos. -respondió el hombre cerrando los ojos.
Las cosas iban a cambiar mucho, solo debían esperar cierto tiempo...
Sus oídos iban a escuchar una melodía que no se podrán sacar de la cabeza...
Después enloquecerán y el enojo predominará...
Tan solo esperen a su enemigo, más no son conscientes del gran milagro que llegará a sus vidas...
