Los seres mitológicos llevan existiendo por más de cientos de miles de años.
Incluso aparecen en algunas religiones, sin embargo, hay algunos más terroríficos y perturbadores que otros.
Las 𝙨𝙞𝙧𝙚𝙣𝙖𝙨 son aparentemente inofensivas, seres que n...
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Pasos sobre hojas se escuchaban desde el otro lado del bosque. Una joven de aspecto adolescente corría con desesperación, como si su vida dependiera de ello. A primera vista, parecía que era perseguida por alguien que no tenía buenas intenciones. Llanto, dolor, tristeza, desesperación, eran los sentimientos que abundaban en ese momento en la joven. Ella pensaba que estaba logrando. escapar de aquel sujeto, que iba a salir con vida de una masacre... Tan equivocada que estaba...
El perseguidor, de manera anormal, trepó entre los troncos de los frondosos árboles, la fémina no se percató de aquello, simplemente corría con la necesidad de escapar cuanto antes y con vida de aquel frondoso bosque. El sujeto trepó con rápidez y velocidad sobrehumana por los árboles, en menos de siete segundos conseguiría atraparla. En cuanto la chica se detuvo tras un árbol para poder controlar su respiración, se asomó con cautela para ver si su 'atacante' seguía tras ella, parecía que lo había perdido... O al menos eso pensó ella, en cuanto se volvió a dar la vuelta mientras suspiraba, aquel monstruo ya estaba frente a ella, provocando que la fémina soltara un grito aterrador.
Era una figura humanoide, no obstante, tenía unos grandes cuernos a los costados de su frente, se apreciaba su gran calva, la cual brillaba tanto que se podía ver reflejada la tenue luz que emanaba la luna. Tenía cuatro largos brazos, grandes y musculosos, uno de ellos agarró el cuello de la joven y fue acercandola poco a poco hacía él mientras la chica rogaba por piedad.
Repentinamente, la cabeza del demonio cayó al suelo, fue rápidamente decapitada por un cazador de cabellos rubios y puntas rojas. La chica calló de culo al suelo, temblaba de manera anormal y aterrorizada.
-¡¿Se encuentra bien, señorita?!. -preguntó aquel rubio, en su tono de voz habitual, elevado y enérgico.
La chica asintió con dificultad mientras se ponía en pie.
-¿Q-Quéera esa cosa?. -preguntó con temor pero examinando de arriba a abajo al adulto.
-Un demonio. -respondió aquel varón de ojos color oro con el iris rojo.
La joven, con terror, miró a los lados, ya que se escuchaban pisadas rápidas dirigiéndose hacía ellos.
-¡Y-Ya vienen los otros! -exclamó la fémina aterrorizada mientras se posicionaba detrás del rubio.
La mueca de Kyojuro cambió a una confusa, solo le habían informado de un demonio en la zona, no de varios... ¿Acaso habían acudido a ayudar a su compañero?. Sin dudar, el Rengoku mantuvo su katana a la defensiva, elevandola apropiadamente, esperando, alerta.
Lo siguiente que sus ojos visualizaron fue aterrador. Las cabezas de dos demonios aparecieron rodando, estos rogaban piedad mientras chillaban de dolor, una mujer de aspecto joven apareció de entre los arbustos, su vestido estaba completamente lleno de sangre, sus ojos no tenían brillo alguno, su cabello morado tenía manchas de sangre, al igual que su rostro. Esta estaba arrastrando los dos cuerpos inertes de los demonios, los cuales lanzó al suelo con fuerza mientras los miraba con asco.
