Capítulo I

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A mis 28 años, siendo la segunda hija del jefe del clan, mi deber como sucesora no era fuerte. Así que había decidido ser una miembro del grupo de cazarrecompensas, y me manejaba muy bien en ello. Incluso era elogiada mucho por mi padre, un gran brujo. A quien mayor afecto le tenía. En ese entonces apenas habían pasado 9 años desde que mi madre nos había dejado en este plano. Mi padre, Rimond, amaba muchísimo a mi querida madre Atalea. Estoy segura de que era el que más sufrió la pérdida, pero jamás lo demostró. Si yo no estaba en una misión, estaba con él, aprendiendo, luchando, sólo disfrutando uno del otro. Mi hermano gemelo, Dylan, normalmente siempre estaba en alguna misión o sino holgazaneando por ahí. Todo lo contrario era nuestro hermano mayor, Ashtoreth, el primogénito entre nosotros, quien heredaria el puesto de Jefe del Clan. Él tenía muchas más cosas que aprender y hacer. Y Rysa... Bueno, ella es mi hermana más pequeña, es algo apegada a mi padre y no parece tener madera para matar gente. Estoy segura de que será una gran sabueso, tiene habilidades especiales para detectar personas. Incluso si están en otra habitación.
Una tarde llegó una misión importante, la recompensa y los motivos de búsqueda eran enormes, se nos encomendó a varios de nosotros ir detrás de esa persona. Nos dividimos y comenzamos la búsqueda, era lejos de casa. Tardamos más tiempo en viajar que en encontrarlo, pero fue inesperado, había tanto poder en él que ni siquiera seis de nosotros pudimos contra su voluntad. Terminé muy herida, y de alguna forma, me separé demasiado de mi grupo. Estaba desorientada, demasiado perdida, mi cuerpo estaba cansado, mi mente no dejaba de pensar en todo lo que había salido mal, y entonces allí, durante una luna llena mientras trataba de llegar a alguna parte, una voz me llamó. Perdí la conciencia con su suave y agradable tono.
Cuando desperté estaba en una cabaña, alguien había velado por mi, curado mis heridas, incluso me había dejado dormir bajo su techo. Sus ojos azul oscuro y su cabello oscuro como la noche, además, de esa voz, me dejaron eclipsada completamente.
Me dejé llevar por la mentira, no podía decirle a aquel hombre desconocido quién era, qué hacía o que era una bruja conocida, hija del jefe de un clan. Era completamente absurdo. Vivía una doble vida, con él y con el clan, y quedé embarazada. No podía expresar mi felicidad así que tuve que contarle a mi familia lo que ocurría. Debido a esto, Elliot se enteró que yo era una bruja, y alguien le contó lo que sucedía con mi linaje. Y como todo humano egoísta, él esperó que diera a luz y se fue para siempre de mi lado, quitándome también el derecho de tener una hija. Lo único que pude ver de ella fue su pequeña manito. Jamás pudimos encontrarlos, los sabuesos fallaron, él desapareció completamente de mi vida. Y me destrozó, lo hizo completamente.

Intenté continuar. Pero ya nada era igual. Nada me animaba, era como si no existiera pero mi cuerpo seguía ahí, aún haciendo cosas de forma automática. No fue hasta que un día en Baldur Gates, mientras buscaba información de alguien, me encontré con algo inesperado.

El diario de NaerisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora