regresando de las profundidades de mi Mente desintegrado en el flujo impermanente de la inexistencia del yo del mí en un universo que es y a la vez no es maravillado por la grandeza de la esencia del Ser absorto en la visión de las dimensiones del sendero aún por recorrer
paseando por el monte, atento, ecuánime, concentrado en el ahora, entre encinas, pinos y robles, escuchando el canto de los pájaros, recogiendo en el rostro los suaves rayos de un delicado Sol invernal
preparado para volver a casa con los míos y celebrar el nacimiento de un nuevo Hijo del Hombre-Dios
comparto mis méritos con vosotros, mi paz verdadera, mi felicidad auténtica, mi armonía
Bendiciones compartidas
el verdadero guerrero sabe que la mayor batalla se libra en su interior el verdadero guerrero sabe que su enemigo más cruel habita en él
conócete a ti mismo y comprenderás los misterios que esconde el Universo
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