Un Dios entre los hombres

Capítulo 30

Dios 'menos' y dudas

Lo estaban mirando, mirándolo como si fuera insignificante; un pequeño alevín que podrían aplastar en cualquier momento - Ridículo. Eran solo un grupo de debiluchos que podía aplastar mientras caminaba dormido y, sin embargo, debido a que se sientan en la posición de autoridad, creen que pueden mandarlo, hacer lo que quieran. De hecho, era uno de ellos, pero no su juguete. No parecían darse cuenta de que eran solo un grupo de humanos que podía destruir con un chasquido de dedos.

El presidente del Consejo Mágico era otro humano que Naruto estaba empezando a odiar. Durante el año pasado, el hombre ha estado tratando de atar algunos grilletes a su alrededor. Estaba tratando de convertirlo en un obediente soldado del Consejo. Naruto Uzumaki no era Lahar. Estaba más allá de este Consejo impotente. No pudieron tocarlo. Y si así lo deseaba, podía convertirlos a todos en un recuerdo. Existía el peligro de una revuelta por parte de los Gremios, por lo que Naruto fue cauteloso al respecto.

Pero Naruto había decidido: estas personas no eran aptas para gobernar. No este presidente. Y no fue porque este hombre parecía tener algo en su contra. A Naruto no le agradaba, eso era indudable. Pero todo el consejo tuvo un problema. Si alguien decidía destruir el consejo, ni siquiera intentaría protegerlo. Vería cómo se destruían, solo para poder moverse en silencio para reformarlo.

Estaba así de cerca.

En ese momento, Naruto se rió pensando. Si hubiera estado en las Naciones Elementales y él todavía era 'Muerte', se habría estado riendo como un maníaco, diciendo que estaba cerca de su hegemonía. Pero no estaba en las naciones Elementales. Vivía en este mundo de magia y no era malvado. Llevaba la máscara del bien.

"¡Silencio!"

El presidente gritó furioso. Miró al rubio Uzumaki por un largo momento mientras el rubio contenía su risa. La falta de respeto. Si realmente no tuvieran miedo de la reacción violenta, habría ordenado que esta persona fuera encadenada y arrojada a un pozo que no tenía salida. Pero, ¿quién cumpliría con el deber? Tenía que pensar en una persona adecuada que pudiera hacer eso. Ciertamente no podían permitir que esta persona continuara para siempre.

"¿Qué es tan gracioso, Uzumaki?" Preguntó un miembro del Consejo con calma.

Naruto negó con la cabeza. "No me estaba riendo del Consejo ..." dijo con una sonrisa en los labios. "Estaba pensando en lo que podría estar haciendo en una situación en la que soy una entidad maligna. A veces dejo que mis pensamientos se vuelvan un poco locos".

El aire era denso, probablemente pensaron que se estaba burlando de ellos, pero a Naruto no le importaba. Era cierto que estas eran las personas que decidían lo que estaba bien y lo que estaba mal, pero ¿lo asustaron? Sus armas no lo asustaron. Estaba bien sin magia. No pudieron tocarlo. No estas hormigas.

"¿Qué quiere el Consejo de mí?" Preguntó Naruto; ya no sonreía. Aunque preguntó amablemente, sus ojos eran otra cosa: una mirada severa que exigía una respuesta inmediata.

"Hay un par de temas que queremos discutir contigo, pero por hoy, queremos hablar sobre tu continua asociación con la familia real de Fiore".

Naruto sabía desde hacía mucho tiempo que el Consejo Mágico y Fiore realmente no se agradaban. El Consejo regulaba el uso de la magia y la familia real gobernaba este país. Pero la familia real hizo algunas cosas con las que el consejo no estuvo de acuerdo. Fiore no podía controlar el Consejo, pero el Consejo aún hacía lo que le placía en este país. Si iba a hacer algo que pudiera acabar con una ciudad entera, lo haría. Fiore ciertamente estaría disgustado por la pérdida de su gente.

Pero, ¿qué podía hacer contra el Consejo?

Nada

No tenía el poder de hacer nada. No era de extrañar que al rey le gustara tenerlo cerca. Los afectos de Hisui eran convenientes y le facilitaron las cosas al anciano.