Chapter 3

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Créditos a LizziEliott en FanFiction: https://www.fanfiction.net/u/10953531/LizziEliott

Su nariz se impregno del ya bien conocido aroma a shampoo de moras antes siquiera de ver la mota de cabellos purpuras bajo las gradas.

Sabia bien que la encontraría rumiando las canchas del exterior. Asistía sin falta a las practicas del rubios y aguardaba diligentemente las dos horas bajo sol o lluvia, solo para verlo o, en un buen día de valentía acercarle una botella con agua.

Kiba la llamo por su nombre y Hinata sonrió en respuesta.

Cuando de un brinco bajo de los asientos a su lado, pudo sentir un olor ligeramente salado. Y aunque ella procurar no mostrar directamente el rostro, era claro que había estado llorando.

Él la sujeto de los hombros y apoyo la frente hasta que sus ojos se encontraron.

—He oído lo de Naruto —agregó con voz quebrada.

Era seguro que tarde o temprano la noticia que no paraba de circular de como el afamado rubio se había declarado galantemente en publico a su compañera de clase, llegaría a oídos de a Hyuga.

Kiba sabia bien que ese era el motivo de la repentina depresión de su amiga, la ultima vez que el Uzumaki tardó en aceptar su solicitud de Facebook debió consolarla una semana. Ya estaba bastante hastiado de hacer de paño de lagrimas. Él la trataría mucho mejor que Naruto, de eso estaba seguro. Le compraría todo el helado y los rollos de canela que se le antojaran solo para sacar a ese tipo de su mente.

—Pero sabemos, que Sakura no le ha respondido —agregó limpiándose la húmeda nariz con una determinación poco usual— ¡Y no me daré por vencida! Aun esta en pie el plan, la excursión es en dos semanas...

Kiba puso los ojos en blanco, solo a esta chica se le ocurría declararse en un museo de títeres

—Vamos, te comprare helado de vainilla —sentenció jalándola de su mano sin mirarla a la cara.

—¿Crees que no tengo ninguna posibilidad verdad? —Indago aferrándose a su manga con una expresión desolada.

Inuzuka no sabría decir si fue por el sofocante calor, por la vidriosa mirada de un cachorro que te sigue a casa que lanzaba Hyuuga en esos momentos, quizás la debilidad por el nuevo perfume que estaba usando la oji morada y lo volvía loco, pero fue muy tarde antes de darse cuenta de sus propias palabras.

—No —escupió con desdén en un primer momento

Hinata parpadeo incrédula, aunque no se hecho a llorar como se esperaría, solo permaneció inmóvil con una sonrisa lastimosa que se sintió como una punzada en las entrañas de Kiba

La atrajo hacia él en un espontaneo abrazo y ocultando el rostro sobre su hombro profirió con determinación:

—Es Uzumaki quien no tiene posibilidad, porque voy a enamorarte.

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