Chapter 7

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Créditos a LizziEliott en FanFiction: https://www.fanfiction.net/u/10953531/LizziEliott

¿Cómo podía la dulce y obediente Hinata Hyuga simplemente declarar "me escape" sin un ápice de culpa? Así fue como la encontró empapada de pies a cabeza bajo su ventana Kiba aquella tarde.

Aunque pasó varios minutos reprendiéndola paternalmente mientras secaba el cabello, todas sus quejas se desvanecieron al instante

—Pero quería verte, y Neji-niisan no me lo permitía —se defendió simplemente con las mejillas centelleantes.

Esta no era la primera vez que Hyuga sofocaba el corazón de iba con excesiva dulzura en la semana. Con mucho trabajo se contuvo de besarla y tomo una bocanada de aire. Fue demasiado para él-

¡Acaso la semana pasada no había sido empujado contra el muro y besado durante la clase de gimnasia? ¿O esa vez en su casa...? Aunque no se oponía en lo más mínimo a esta osada actitud de su novia, ahora corría el riesgo de no solo ser castigada, sino resfriarse.

—Te prepare un baño y correremos a tu casa —sentenció muy a su pesar Kiba. Por supuesto que prefería tenerla en aquí antes que quede sola con ese primo sisón.

Al final la muchacha accedió dócilmente y el aguardo al otro lado de la puerta con una expresión consternada ante los sonidos del agua escurriendo sobre su novia y la esencia del jabón colándose entremezclado con el aroma de Hinata...

Se abofeteo repetidas veces.

Y no habría que describir las fuerzas sobrehumanas que debió reunir para resistirse a la sugestiva imagen de Hinata luciendo su ropa. Ni siquiera el misma sabía que tenía esas fantasías tan genéricas. Pero al verla

Con el cabello húmedo pegado al rostro y aun emanando suaves nubes de vapor de su cuerpo, se volvió avergonzado de sus propios pensamientos.

—Huele a Kiba-kun —murmuró creyendo que nadie la oía mientras hundía el rostro en la holgada campera.

Por supuesto que Inuzuka escucho esta declaración con los puños tan apretados que casi se provocó una hemorragia cerebral.

"Mierda, mierda, mierda" Talvez debería solo haber pedido prestada ropa a Hana

Quien acabo por enterarse que su querida cuñada estaba en casa y preparó chocolate caliente.

Kiba la maldijo y bendijo de corazón al mismo tiempo.

Pero accedió, después de todo solo beberían en su habitación hasta que aminore la lluvia.

Estos eran los pensamientos que inundaban la mente de Inuzuka, mientras noto las comisuras de la boca de su nova y las limpio distraídamente con el pulgar. Para cuanto se dio cuenta se había lamido los dedos por inercia.

Aunque no era la primera vez que, hacia este gesto íntimo, ambos dejaron sus tazas de lado. Demasiado avergonzado para seguir tragando la infusión dulce.

—D-debería irme —tartamudeo Hinata juntando los dedos con nerviosismo.

Se puso de pie rápidamente con los ojos bajos, pero al tratar de dar un paso lejos de su lado, Kiba tiro avergonzado la tela impidiéndoselo.

—Me gustaría que te quedes —murmuró con una pena impropia en él. Listo lo había dicho.

No tuvo mucho tiempo para justificarse pues la muchacha le echo los brazos murmurando lo mucho que lo había extrañado estos días que su primo le prohibió verlo.

El sonrió ampliamente revelando sus colmillos y le devolvió el abrazo. Seguro que su primo, intentaría golpearlo. Aunque en estos momentos no le hubiera importado en lo más mínimo si todo el clan Hyuga lo desafiaba a un duelo por corromper a su futura líder. Después de todo él era un desobediente incurable, aún más que Hinata.

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