capítulo 4

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Dedicado a mis amigos que siempre estuvieron ahí riendo a mi lado y tanto así uniendo piezas que no rompieron.

Lornd

-Tú como chico tienes que respetar a tu novia, una mujer no puede resistirse al encanto del hombre que quiere, es por eso que un hombre debe controlar sus impulsos y deseos...- siento que me muero de la vergüenza- Lornd, mi hija es una chica muy buena y espero que no puedas llevarla por los malos pasos...

-Señora Diana...

-Pasaré en alto lo sucedido, pero si vuelve a ocurrir y yo logro verlos, tendremos que involucrar al señor George.

-¡No!- me levanto de golpe del sofá- señora Diana, será la última vez, lo prometo, jamás volverá a suceder.

-Eso espero, ahora puedes irte a tu casa, Neslie y yo tenemos que charlar- habló en un tono amenazante.

Miro a Neslie quien mantenía su cara tapada con las manos, estaba muy avergonzada al igual que yo. Tomo mi teléfono y me despido de su madre, ella se levanta para acompañarme a la puerta (bajo la atenta mirada de Diana).

-¿Estarás bien?

-Me espera una larga charla sexual y una cursi sobre la vida de novios.

-Bien, suerte con eso.

-Gracias. ¡Ahora lárgate!

Me empuja cerrando la puerta por mi cara, suelto un suspiro procediendo a caminar a mi casa. Mi casa solo queda pasando la calle, Neslie y yo somos vecinos desde hace mucho tiempo. Mudarnos de París al principio parecía horrendo, ahí estaba todo lo que quería, pero al mudarnos aquí me acostumbré tan rápido y todo fue gracias a mis amigos, Neslie en especial.

Muchos me preguntan ¿qué se siente vivir en una mansión?, mi respuesta siempre ha sido la misma: comodidad. Sí, es como me siento en mi casa, para todos sin importar que sea grande o pequeña, nuestra casa siempre será cómoda.
Abro la puerta de la enorme villa estilo victoriana, o conocido por la revista de chismes: la villa de los Williams. Me recibe un delicado y costoso aroma, típico de Victoria Williams, mi madre. Sus ojos cafés anuncian un reclamo en 3, 2, 1...

-¿Dónde estabas?

-Con Neslie.

-Con Neslie- repite con desaprobación- me enteré de ese supuesto romance infantil, a tu edad no puedes sentir amor. La mamá de Brenda me llamó catalogando su decepción hacía ti.

-Así que esto es por Brenda.

-Prefiero verte en otro país que con esa chica.

-A mí me gusta Neslie como cuñada.

Lizza baja las escaleras deslizándose para luego abrazarme, mi hermana menor; ambos nos defendemos de los reclamos y berrinches de mamá, con sus 15 años domina la casa y a mis padres a la perfección, con solo mirarla ya te das cuenta que es físicamente la mini clon de mamá, en actitud no tiene nada de relación con ella. Revuelvo su cabello castaño haciéndola reír.

-¡No te metas, Lizza!

-Pero mamá...

-¡Nada de mamá!, ve a sentarte a la mesa- Lizza bufa obedeciendo- ¡y cámbiate de ropa, eso es muy anticuado!.

-¡Mamá!- reclama desde el comedor.

-Tú también haz lo mismo y a cenar.

-No tengo hambre- paso a un lado de ella dejándola con la palabra en la boca.

Alas para Lornd (#1 ElClub)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora