― ¡Qué llovida, eh! ― exclamó Cameron al subir al auto.
Venus, Maika y Cameron habían salido a comer al centro comercial por la tarde ese sábado, no era muy común que comieran fuera, por lo general siempre lo hacían en casa de Venus, preparaban la comida ellos mismos o compraban a domicilio.
Pero justo ese día, Adrien, el tío de Cameron, acababa de inaugurar un restaurante de sushi en el centro comercial más concurrido, por lo que decidieron cambiar el plan.
Al terminar de comer y bobear con el montón de novedades en el lugar, Maika convenció a Cameron y Venus de que salieran a tomar fotos en el estacionamiento, ya que para ella, las redes sociales eran una cosa vital.
Pero justo cuando iban por la cuarta pose y quinto cambio de ángulo por la poca luz, ya que comenzaba a nublarse, se soltó una pequeña llovizna, que resultó ser una tormenta al final de cuenta, haciendo que corrieran a la camioneta y se quedaran un rato dentro esperando a que parara, pero que nunca logró hacerlo.
― Las nueve de la noche, mamá me va a matar ― dijo Cameron mordiendo sus uñas.
― ¿Tu mamá? ― preguntó Maika ― pensé que seguía en Barcelona.
― Solo papá, ella decidió venir a checar la empresa ― informó peinando su cabello ― OJo, la empresa.
Venus alzó las cejas y encendió el auto.
― Podemos esperar a que acabe la lluvia, Venus ― mencionó Maika asomándose por entre los asientos de enfrente.
Venus negó y ni siquiera despegó la vista del frente.
― Está bien, no quiero que Cameron llegue tarde ― contestó tomando con fuerza el volante.
Venus amaba manejar, pero no bajo la lluvia, por lo general su padre la llevaba cuando llovía o simplemente tenía que hacerlo, pero lo evitaba la mayoría de las veces.
Cameron encendió el estéreo y puso un poco de música para tranquilizar el ambiente, el camino a casa no era muy tardado, pero Venus decidió tomar una ruta un poco tranquila para no tener que manejar de prisa. Y gracias al cielo, la lluvia cesó.
― ¡Oye! ¡Oye! ― exclamó Maika de la nada, ganándose un sobresalto de parte de Venus y un manotazo de Cameron.
― ¡No grites! ¿No ves que nuestra conductora es un manojo de nervios? ― reclamó el chico frunciendo el ceño.
Maika lo ignoró por completo y apuntó al frente.
― ¿Ese no es Nicholas?
Venus alzó las cejas y notó que la figura era parecida.
― Tal vez ¿Que hace caminando tan tarde? ― mencionó confundida.
― Y mojado ― recalcó Cameron ladeando la cabeza.
Andaba lentamente y cabizbajo, llevaba en su mano derecha lo que parecía un ramo de flores hecho un desastre, aparte de que iba empapado completamente.
Venus estacionó el auto un poco delante, pasándolo a él, y abrió la ventanita del techo.
― Mi momento de brillar ― comentó Maika antes de sacar medio cuerpo del auto por el llamado quemacocos. ― ¡Hey! Sube al auto, Nick.
Venus acomodo el espejo y lo vio caminar hacía el auto.
― Me voy para atrás ― dijo Cameron saliendo del auto de repente.
Y entonces miró a Nicholas abrir la puerta; el pantalón de su traje estaba lleno de lodo de la parte de abajo y su chaqueta se veía pesada de lo mojada que estaba, y no pudo evitar ver su camisa blanca pegándose a su torso.
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Seamos Impredecibles
Teen Fiction"Te llevaré a donde quieras ir, te recogeré si caes en pedazos. Déjame ser yo quien te salve" - Unpredictable, 5 Second Of Summer