ATSUHINA DOMESTIC WEEK 2021

7

Day 7: Date Night

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Shoyo se desliza sigilosamente por la puerta de su habitación. No divisa nada en absoluto puesto que los pasillos se encuentran en plena oscuridad.

Cuando se asegura de que nadie de su familia está rondando por allí, cierra la puerta detrás de él y comienza a moverse.

Utiliza las paredes como su guía, es mejor no arriesgarse a tropezar con quién sabe qué cosa, llamar la atención de su madre y terminar arruinando su cita nocturna con Atsumu.

El yukata que se adhiere a su cintura dificulta de peor manera su camino hacia el jardín trasero.

Sin embargo, lo consigue.

Una vez que se halla afuera, respira hondo y sonríe victorioso, reprimiendo un chillido de felicidad. Se asegura de cerrar la salida tal y como se supone que estaba en primer lugar.

Volviéndose hacia el bosque cruzando el jardín, su corazón palpita con fuerza ante los ojos dorados; brillantes y mirando en su dirección.

Lo están llamando.

Shoyo prácticamente corre, la hierba le hace cosquillas en los pies pero no le importa, tampoco le importa que esté haciendo un poco de ruido, pues espera que la brisa del viento se lleve sus pequeños jadeos de cansancio.

Hinata choca contra un cuerpo, y en un minuto está siendo atrapado en brazos cubiertos de tela fina y bien cuidada.

—Shoyo-kun.

—Atsumu-san —Hinata murmura al mismo tiempo.

—¿Todo bien?, ¿te descubrieron?

—Espero que no. Pero, ¡ah! —Shoyo deja escapar un chillido cuando en un rápido movimiento, Atsumu lo está cargando en sus brazos— ¡Atsumu-san, puedo caminar!

—Eres propenso a tropezar incluso de día, no voy a permitir que te lastimes.

—Eso no es cierto, Atsumu-san.

—¿No?, ¿cuántas cicatrices tienes en los pies, Shoyo-kun?

La mayoría son parte de su niñez, pero Shoyo sabe que no tiene sentido reclamar.

—No deberías ser tan sobreprotector, Tsumu-san.

Atsumu los gira y comienza su trayecto.

—Déjame, soy tu novio.

Shoyo resopla y observa hacia arriba. Las hojas de los árboles cubren en cielo así que es incapaz de ver las estrellas.

—Ojalá pudiésemos ir más rápido, Atsumu-san —dice sin pensar.

—¿Eso es lo que quieres, hmm?

—¡Olvídalo!, sé que es imposible y–

Atsumu detiene su paso y toma una bocanada profunda de aire. Shoyo abre los ojos en grande cuando Atsumu lo acomoda mejor en sus brazos, sus dedos rozando los tobillos del pelinaranja.

—Entonces sujeta mis hombros con fuerza.

—¿Qué?

—Solo hazlo.

Shoyo obedece y rodea los hombros de Atsumu con un poco de confusión, frunciendo las cejas porque...

Están volando.

O no lo están.

Es tan rápido que Shoyo ni siquiera se da cuenta de lo que está sucediendo.

¿Volando?, ¿saltando?